En las últimas horas de la tarde de ayer, València asistió a un fenómeno poco usual aunque nada extraño. Y es que parte de la ciudad y de su área metropolitana se vieron poco a poco invadidas por una espesa niebla que llegó del mar y que, al menos de lejos, parecía el presagio de una hecatombe. Las zonas más afectadas fueron la fachada marítima de la urbe y las áreas costeras de todo el litoral norte hasta Castelló. La niebla era tan densa que incluso obligó a la Autoridad Portuaria a cerrar el Puerto de Sagunto a partir de las ocho de la tarde.

La causante de esta situación fue una niebla de advección que penetró en tierra desde el mar debido a que se aunaron varias circunstancias: estabilidad atmosférica, un mar con las temperaturas más bajas del año y una masa de aire húmedo desplazándose sobre el mar.

La situación del anticiclón atlántico en el entorno de la Península Ibérica ha dejado en Valencia unos días de calma atmosférica, sin apenas nubes y con agradables temperaturas. Este hecho, unido a que el mar se encuentra actualmente a las temperaturas más bajas que registra durante todo el año (ayer estaba a unos 14ºC), y a la presencia de una masa de aire húmedo moviéndose sobre el Mediterráneo, provoca que dicha masa de aire se enfríe y tome más humedad, lo que la convierte en un espeso manto de niebla.

La niebla de advección consiste en la entrada de una masa de aire en un territorio. Esta masa de aire puede ser fría o caliente, pero lo que la caracteriza es su movimiento, puesto que se desplaza de un sitio a otro; en el caso de ayer fue de este a oeste, es decir, desde el mar hacia la tierra.

El fenómeno es espectacular pero nada extraño. De hecho, no es la primera vez que sucede en la Comunitat Valenciana. Hace escasamente dos meses, a principios de diciembre, la ciudad de Benidorm vivió un episodio idéntico. En aquella ocasión, la niebla ocultó incluso los rascacielos que se apilan en la zona de playas de esta localidad alicantina.