Los preparativos del debate televisivo

Entre el maquillaje, el microfonado y los últimos preparativos técnicos hasta que las cámaras se encienden, hay tiempo para comentar la actualidad y la vida cotidiana. Carolina Punset y Jordi Sebastià han sido padres durante la legislatura en Bruselas, así que cómo no hablar de sus «eurobebés». La prensa española es otro objeto de comentarios. Las primarias de los distintos partidos son otro clásico de estas fechas.

Con un grupo de estudiantes de Comunicación

La expedición de Levante-EMV, encabezada por el director general de Relaciones Institucionales de Prensa Valenciana, Julio Monreal, y la directora del diario, Lydia del Canto, no acude sola a la Eurocámara. Le acompaña un grupo de estudiantes de Comunicación de la Universidad CEU-Cardenal Herrera y de la Universitat de València. Ocho, en total, procedentes a partes iguales de las dos instituciones. Al frente de los alumnos, la profesora del CEU y colaboradora del diario Maite Mercado.

Vidas asentadas, más o menos, en Bruselas

Después de casi cinco años, los diputados valencianos cuentan con una experiencia que puede servir a futuros aspirantes sobre si instalarse en Bruselas o vivir con un pie en Bélgica y el otro en València. «Yo me vine a vivir porque, si quieres influir en un lugar, has de estar en él. Si quieres influir en Madrid, tienes que irte allí. He hecho lo mismo aquí. Es la única manera de tener relaciones y de ser influyente en la vida europea», afirma Esteban González Pons. El portavoz del PP se ha resistido (y ha ganado) para no regresar a la política de València, donde muchos en su partido le reclamaban como candidato a la alcaldía. No vuelve, explica él, porque «mi trabajo está aquí».

«Para los que somos europeístas estar en la capital es fundamental», sentencia Inmaculada Rodríguez-Piñero sobre una experiencia que también aspira a repetir.

Sebastià ha sido eurodiputado al 50 %, su reto ahora es salir triunfante de las primarias y luego conseguir votos para estar toda una legislatura con acta en Bruselas.

Contra el mito de la vida aburrida y triste

El Parlamento Europeo es como una gran burbuja: restaurantes, peluquería, gimnasio, programas de bienestar... No obstante, Bruselas carga con el mito de ciudad gris y somnolienta. «El trabajo en Bruselas, si te lo crees, es apasionante. Es falso que sea aburrido y triste. El Europarlamento estimula mucho. Solo un diputado tiene la capacidad de influir en la vida de millones de personas», afirma Sebastià sobre la que ya empieza a ser, dice, su ciudad.

Un aislamiento con su lado bueno

Punset no ha acabado bien con Ciudadanos, pero tiene claras algunas conclusiones sobre la experiencia en Bruselas: «Una palabra define la política de aquí: el aislamiento, que tiene un lado bueno, que es que te mantiene al margen de las críticas destructivas y la exposición salvaje de la política española. Hay mucha menos negatividad. Lo malo es que hay figuras cuyas carreras se difuminan».