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Reportaje

Las adopciones internacionales descienden un 90 % en una década

La Comunitat Valenciana registra en 2017 un total de 79 solicitudes para adoptar a un niño extranjero frente a las 873 presentadas en 2007 - Desde la agencia de adopciones Adecop recalcan que el proceso de adopción «no persigue colmar el deseo de una familia», ya que se trata de una «medida de protección al menor»

Imagen de archivo de unas jornadas sobre adopciones internacionales en el caude del río Turia, en València, en el año 2007. m. f.

Se tituló «Las habitaciones de la muerte» y fue una producción británica, grabada con cámara oculta, que mostraba cómo vivían las niñas en orfanatos de China. El reportaje exhibió imágenes reales de pequeñas atadas de pies y manos, algunas con piernas gangrenadas, con la cara llena de costras, sin rastro de sonrisas, con miradas vacías, en unas condiciones de vida infrahumanas. Y fue entonces -como ocurrió con Aylan y su cuerpo inerte tirado en la playa de Turquía- cuando despertaron las conciencias y se dispararon las adopciones internacionales. No por tener hijos. No por el deseo de ser padres, sino por la solidaridad de quien entiende que un niño no puede vivir en esas condiciones.

El reportaje se emitió por primera vez el 19 de octubre de 1995 y ese año solo cuatro niños chinos habían sido adoptados oficialmente en España. Diez años después (2005), España se había convertido en el segundo país del mundo que más niños procedentes de China adoptaba (2.753) -el primero era Estados Unidos-, pero la cifra descendió dos años después, cuando China cambió el marco legal de las adopciones internacionales.

Así, durante la década del 2000 las adopciones internaciones sufrieron un «boom» que ha pasado a la historia. Ahora, las adopciones de niños extranjeros se han desplomado. En España y en la Comunitat Valenciana, donde las solicitudes para adoptar a un menor de otro país se han reducido en un 90 % en diez años al pasar de las 873 peticiones registradas en la Comunitat Valenciana en el año 2007 a las 79 del 2017.

¿Qué ha pasado? Lo explica Fernado Martos, director de Adecop, la primera agencia de adopción internacional que hubo en España (y que se acreditó en la Comunitat Valenciana) y que comenzó a funcionar en 1996. «Ni fue lógico el 'boom' de la década del 2000 ni es lógico lo que está pasando ahora. Y no hay un motivo, hay muchos motivos y circunstancias», explica, tras recalcar la idea que quiere que se perpetúe en las mentes de los lectores, en la sociedad: «La adopción es una medida de protección al menor. No se trata de colmar el deseo de una familia. Prevalece el derecho del menor a tener un hogar. Sin embargo, al mismo tiempo que proteges al niño o a la niña al darle una familia permanente, colmas el deseo de ser padres». Aclarada la base, desgranemos algunos motivos que han llevado a un descenso en las cifras de adopciones internaciones -en 2017 solo hubo 25 en la Comunitat Valenciana- que están en caída libre.

La crisis económica. Las adopciones internacionales cuestan dinero, y la cuantía varía dependiendo del país de origen del menor. Desde Adecop afirman que el proceso total supone cantidades que oscilan (dependiendo de los países de origen del menor) entre los 12.000 euros -en Colombia, Honduras, Bulgaria...- hasta los 20.000 de países como Kazajistán?? o Vietnam. «La crisis económica ha afectado a los procesos de adopción internacional que nunca han tenido subvención alguna por parte de la Administración (salvo la Comunitat Valenciana que durante un tiempo sí fijó una serie de ayudas a los organismos acreditados), lo que dificulta el proceso», explica Martos.

Avances médicos en técnicas de reproducción asistida. La cuantía invertida para ser padres mediante reproducción asistida puede ser similar a la de un proceso de adopción. Lo que cambian, sin embargo, son los tiempos ya que el proceso puede acortarse a la mitad para permetuar los genes de uno u otro progenitor. Y es que los avances médicos en técnicas de reproducción asistida suponen mayores garantías de éxito tras el proceso. «En el análisis de la evolución de las adopciones internacionales hay que ser conscientes de los avances médicos. La adopción no responde al deseo de ser padres sino al de proteger a la infancia, al de dar una familia al niño que no la tiene», recalca el experto.

Evolución de los países y Convenio de la Haya. Los países han evolucionado en sus normativas para ampliar las garantías en la adoptabilidad de los menores. De esta forma se han aplicado de forma muy rigurosa los criterios del Convenio de la Haya, que marcan que el último recurso de protección del menor es la adopción internacional (tras el acogimiento familiar y la adopción nacional). «Pero al aplicar ese criterio a rajatabla se ha provocado una reacción contraria, ya que los plazos de de espera se incrementan. Así, los solicitantes que antes tardaban un año en completar el proceso de adopción pasan ahora 5, 6 y 7 años esperando. Y los niños crecen, mientras dura la espera. Y cuando ya se han agotado las vías del acogimiento familiar y de la adopción nacional ese niño ya tiene 5, 6 o 7 años. Las familias deben saberlo y asumirlo, y hay que trabajar con ellas. En Italia, por ejemplo, la adopción de menores de 10 años es altísima porque hay subvenciones y se trabaja con las familias», explica el director de Adecop.

La sociedad de la inmediatez y las generaciones perdidas. Cuando una familia decide iniciar el proceso de adopción quiere a su futuro hijo y lo quiere ya. Al ampliar las garantías, los procesos se demoran y Fernando Martos ya habla de «generaciones perdidas». «Desgraciadamente hay muchos niños necesitados de una familia y no hay una actitud colaboradora por parte de la Administración», explica Martos, que recalca, por ejemplo, que España tiene una Ley de Infancia desde hace tres años «que no se puede aplicar porque no se ha desarrollado el reglamento». Así, «la incorrecta aplicación e interpretación del Convenio de la Haya, que está siendo un obstáculo en la práctica en lugar de un beneficio», además de los avances en fertilidad y el auge de los vientres de alquiler -una práctica que Martos define como «una forma de colmar un deseo que es ilegal en España»- las adopciones internacionales han caído en picado. Y con ellas, la posibilidad de que miles de niños crezcan en familia. No porque los padres quieran un hijo. Sino porque esos niños ya están en el mundo y lo que necesitan, cuanto antes, son unos padres.

Las nacionales descienden hasta un 61 % en 10 años

Baja la natalidad, bajan las adopciones internacionales y también lo hacen las nacionales, aunque en menor medida. Y es que la Comunitat Valenciana ha registrado un descenso del 61 por ciento en solicitantes para adopciones nacionales, al pasar de las 576 solicitudes presentadas en 2007 a las 223 registradas en 2017. Las adopciones nacionales, además, constituyen una de las opciones que eligen las parejas homosexuales para tener hijos, ante la negativa de la mayoría de países a abrir el proceso a estas familias y lo costoso (aunque más rápido, pero ilegal en España) que supone un proceso de gestación subrogada. Ahora bien, hay parejas esperando una adopción nacional desde hace una década en un sistema de tutela de menores que está desbordado.

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