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"Mirar la televisión cuando estás enferma reduce bastante el dolor"

Los pacientes de los hospitales públicos valencianos celebran el primer día de televisión gratuita - Supondrá un ahorro medio de 24 euros por paciente

Las pacientes del hospital Dr. Peset disfrutan del primer día de televisión gratuita. Daniel tortajada

O mirando las musarañas o sintiendo que sus días son eternos. Estar enfermo y encerrado entre las cuatro paredes del hospital durante al menos cuatro días resulta para muchos angustiante. La televisión se convierte en un salvoconducto en la mayoría de las ocasiones. Sin embargo, el coste que suponía hasta ahora no permitía a todo el mundo disfrutar de ella. Ayer, los hospitales públicos de la Comunitat Valenciana decían oficialmente adiós a este pago obligatorio, el cual suponía un desembolso importante para quien buscaba evadirse de sus dolores con el entretenimiento que les proporciona la televisión. Algunos centros hospitalarios, como el del Dr. Peset, incluso se adelantaron a la fecha acordada por la Conselleria de Sanidad y comenzaron las pruebas de gratuidad a última hora de la tarde del jueves. Un servicio con el que la conselleria pretende «humanizar la sanidad, buscando el mayor bienestar de usuarios y usuarias», según reconoció la consellera Ana Barceló durante el anuncio de la campaña.

Una iniciativa que llega como agua de mayo para quienes ya llevan un mes ingresados en los hospitales de la C. Valenciana. Como Marian Ruiz. Los doctores decidieron ingresarla en el hospital valenciano del Dr. Peset hace ya casi 30 días debido a un fallo en el hígado que la dejó en coma un par de días. Durante el mes que ha pasado en el hospital, Marian reconoce no haber gastado un céntimo en televisión. «Estaba sola y no tenía un duro», relata. Y es que toda su familia reside en Madrid. Ahora agradece poder encender el televisor de su habitación sin coste alguno. «Después de tanto tiempo encerrada en un hospital, imagínate lo importante que son las distracciones», indica Marian con un hilo de voz: «Tanto tiempo en la cama me ha dejado un poco afónica».

La última semana, no obstante, tuvo la suerte de contar con la compañía de su vecina de habitación: Alicia Martín. Las hijas de esta última decidieron hacerse cargo de los gastos. «Hay mucha gente mayor aquí que está sola y, si están una semana pueden llegar a gastarse treinta euros que muchos no tienen», indica Paloma Aparicio, hija de Alicia, quien reconoce que su madre la enciende durante todo el día solo para no escuchar el silencio. «Si no fuera por la tele, los que están aquí se morirían de asco, con perdón de la expresión», incide.

Mientras, en la habitación contigua, Sagrario Izquierdo abría su cuaderno de mandalas. «He tenido que dejar de fumar y necesito algo para entretenerme», reconoce con una sonrisa. Con 59 años, Sagrario padece una enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), por lo que cada dos por tres tiene que ingresar en el hospital. «En ocho días me he gastado unos 40 euros. Es muy importante tener la televisión gratis, porque ya que estamos enfermos, por lo menos nos entretenemos», reconoce Sagrario, pese a que reconoce el gran avance que supuso la inclusión de los televisores en los centros hospitalarios, aunque fuese pagando. «Recuerdo que antes incluso nos traíamos nuestros propios televisores portátiles de casa para amenizar el rato», relata Sagrario echando la vista atrás.

«Tener que pagar por el servicio era un abuso para el enfermo, sí», reconoce María Antonia Guaita, su compañera de habitación, «pero veías que se trataba de algo que necesitabas y lo pagabas sin más... Si podías, claro». María Antonia, que la mayoría de veces acababa compartiendo los gastos del televisor con los vecinos de habitación asegura que, debido a su enfermedad, muchas noches ha padecido de insomnio. «Entonces enciendes el televisor y lo dejas de fondo, te distrae, te adormece y puedes descansar... Lo cierto es que poder mirar la televisión cuando estás enferma reduce bastante el dolor», asegura.

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