El objetivo de paridad se ha cumplido esta legislatura casi al milímetro en lo que respecta al reparto de tiempos de palabra entre diputados y diputadas. Para calcular esta premisa hay que eliminar del recuento a dos hombres con los cargos más representativos, el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, y el de las Corts, Enric Morera. Las mujeres han hablado prácticamente lo mismo que los hombres: 941 horas frente a 960.
Puig se lleva la palma dentro del Consell en cuanto a tiempo de intervención con 39 horas. Le sigue los pasos muy de cerca la vicepresidenta del Consell, Mónica Oltra, que dejó hace cuatro años su papel de oposición pero que no ha rehuido dar explicaciones en el parlamento. Su voz sigue presente. De hecho, Oltra ha intervenido más que muchos diputados que diariamente participan en los debates: 28 horas, de las que 20 son en el pleno. Oltra ha sido una de las dianas preferidas de la oposición para exigir cuentas al Consell y por tanto de las que más ha comparecido.
Igual ocurre con el conseller de Educación, Vicent Marzà. Por delante está la consellera de Sanidad Ana Barceló, aunque la mayor parte de la legislatura ha sido diputada antes de pasar al Consell. El conseller de Transparencia, Manuel Alcaraz, dice adiós a la primera línea con un paso «sonoro» por las Corts de solo diez horas. Es el conseller que menos explicaciones ha dado, aunque su negociado tiene menos peso. Gabriela Bravo, y de Vivienda, Mª José Salvador, tienen 15 y 14 horas, respectivamente.
Además, parece cumplirse la máxima de que quien mucho abarca poco aprieta. Es el caso de los diputados de Compromís que también son alcaldes y que están a la cola en sus partidos, como el alcalde de Tavernes, Jordi Juan, o la de Carlet, Maria Josep Ortega. Ninguno de los dos continuará en las Corts a partir del 26 de mayo.
