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Polémica

Alborache estudia medidas contra el Consell por abrir el centro de menores

El ayuntamiento asegura que la instalación no cuenta con licencia de actividad y tiene deficiencias

Un cámara, ayer por la mañana junto al albergue de Alborache. germán caballero

El Ayuntamiento de Alborache planea tomar medidas administrativas contra la Conselleria de Políticas Inclusivas después de confirmar que ayer llegaron los primeros adolescentes tutelados al albergue del IVAJ de su municipio, cuando la instalación todavía no cuenta con la licencia de actividad oportuna para funcionar como centro de recepción de menores. El consistorio sostiene que la declaración de uso responsable presentada por la conselleria es insuficiente para permitir su empleo como recurso para la primera acogida de menores en situación de desamparo, aunque la infraestructura es propiedad de la Generalitat.

La alcaldesa, Paqui Collado, técnicos municipales y asesores legales del consistorio mantuvieron ayer por la tarde una reunión en la que, según Collado, estudiaron las distintas posibilidades para realizar requerimientos o inspecciones en el centro. No obstante, la munícipe indicó que todavía no habían tomado una decisión al respecto.

Según aseguran, el edificio no está habilitado para hacer las funciones de centro de recepción de menores ya que presenta defectos de accesibilidad o en el sistema eléctrico, entre otros, que no han sido subsanados. De hecho, fuentes municipales incidieron en que la infraestructura ni siquiera tenía licencia de actividad como albergue, pese a que sí se realizaba este uso, y que tampoco se han otorgado las licencias de obras oportunas para remodelar el edificio.

A finales del pasado mes de enero, la Conselleria de Políticas Inclusivas anunció que el centro de recepción de menores de Buñol volvería a tener su antiguo uso y que sería de acogida. Así daba respuesta a las quejas del ayuntamiento y de la Fiscalía, que llegó a presentar dos informes por la masificación de usuarios del recurso. Buñol acogió el centro durante año y medio después de que se cerrara el ubicado en Monteolivete, en València, por sus graves deficiencias. La conselleria prometió que la situación sería transitoria hasta que se construyera una instalación en Llíria a inicios de 2019.

Sin embargo, una vez cumplido este tiempo y a la vista de que las obras del edificio de la capital edetana todavía ni siquiera habían empezado, el departamento dirigido por Mónica Oltra anunció en el mes de enero que el 18 de febrero empezaría el traslado de los menores a otro municipio.

Precisamente ayer, en la fecha anunciada, llegaron los primeros menores al albergue de Alborache. «A nosotros no nos han notificado nada», mantenía Collado. «Nos hemos enterado por el revuelo que se ha creado, por lo que hemos preguntado a la conselleria y nos han confirmado que sí, que ya habían llegado algunos», añadió. «A la vista de esto habrá que empezar a actuar administrativamente porque el centro todavía no tiene licencia», señaló Collado, que insistió en que su pretensión es que «la conselleria habilite el centro conforme a ley, y a partir de entonces, con la legalidad en la mano, que haga lo que quiera».

No han cometido ningún delito

Los centros de recepción de menores son un recurso preparado para menores de 18 años en situación de desamparo. Allí van dirigidos niños y niñas con diferentes problemas: desde aquellos que han sufrido maltrato en sus hogares a otros con padres drogodependientes, quienes han perdido a su madre por violencia machista, algunos con conductas conflictivas o los menores procedentes del extranjero sin acompañante (MENA). En este centro deben permanecer un tiempo no superior a 45 días hasta que sean derivados a otro recurso más apropiado a sus circunstancias particulares. En ningún caso se trata de menores que hayan cometido algún delito.

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