«Cataluña, Cataluña, Cataluña». Así durante un minuto repitiendo la misma palabra. «¿A qué cansa?». Con esa intervención se despedió ayer de la Cámara Alta en el último pleno de la legislatura el que es probablemente el senador más activo de la democracia y también el que más broncas y momentos de hilaridad ha acumulado en estos años. Es Carles Mulet, el senador de Castelló que preguntó al Gobierno si tenía preparado algún plan ante un apocalipsis zombi; el mismo que rompió en la tribuna una foto de la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz o el que pidió al Ejecutivo que enviara el pésame al elefante que el rey Emérito mató en Àfrica o al oso «Mitrofan».

Mulet también ha planteado en estos años preguntas como si se ha pedido permiso para usar su imagen a Piolín, El Pato Lucas o el Coyote a raiz del barco que llevó a policias nacionales a Barcelona por el referéndum ilegal del 1 de octubre de 2017 o ¿qué méritos policiales han hecho merecedor al Cristo de la Buena Muerte de una condecoración de la Policía? y si acudirá el Cristo de la Buena Muerte a recoger dicha condecoración.

El cansancio del «procés»

El martes, como guinda, el senador protagonizó una singular intervención para denunciar que el uso y abuso del conflicto catalán en el debate político por parte de la derecha que evita que se hable de otras cosas, como de violencia de género o de problemas sociales.

También, dijo es una cortina de humo que evita hablar de los problemas de la infrafinanciación de la Comunitat Valenciana. Para expresar su hartazgo, Mulet estuvo un minuto seguido desde la tribuna diciendo «Catalunya». Al acabar, exclamó: «Cansa, ¿verdad?, pues es sólo un minuto, yo llevo cuatro años oyéndolo».