Los termómetros del aeropuerto de Valencia llegaron a marcar ayer picos de hasta 27,3 grados, la temperatura más alta registrada en este observatorio en un mes del invierno climatológico (diciembre, enero o febrero) desde febrero de 1990 debido al anticiclón fijado sobre Europa. En varias localidades del litoral y prelitoral de la provincia de Valencia también se superaron los 25 grados. La jornada fue inusualmente calurosa para finales del invierno en otros observatorios, con máximas de 26,4 grados en Bétera, 26,1 en Xàtiva o 25,4 en la ciudad de València. Otras localidades que también registraron temperaturas significativas son las valencianas de Sagunt y Llíria, con 25,4 y 25,3 grados de máximas, respectivamente, según el balance de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) hasta las tres de la tarde.

En la serie de temperaturas del aeropuerto de Valencia, que comenzó a registrar datos en 1966, solo hay dos días de invierno más cálidos, ambos en el «excepcional» febrero de 1990: el 28 de febrero de 1990, con hasta 29,4 grados, y la víspera (28,7). El récord de 27,3 grados, registrado en el observatorio del aeropuerto de Manises es especialmente significativo al pasar de mínimas en la pasada madrugada de hasta 2,5 grados a las seis de la mañana. Por tanto, la amplitud térmica diaria (diferencia entre la temperatura máxima y la mínima) fue de 24,8 grados.

A modo de balance, históricamente ha habido grandes olas de frío en febrero, nevadas, vendavales, pero también ha habido meses de febrero estables, con ausencia de lluvias y temperaturas primaverales, como este febrero de 2019. En el conjunto de España, el mes ha resultado seco y muy caluroso durante el día, de modo que se han registrado récords de temperaturas mientras que las mínimas se están comportando dentro de lo normal para estas fechas, lo que da lugar a una amplitud térmica muy marcada.