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Análisis

Bonig: resistir en las Corts, ceder en el Congreso

El PPCV cree que el adelanto electoral les da oxígeno para reducir la interferencia de Génova

«En época electoral no convienen las tensiones territoriales». Esta es la reflexión que se hace desde la dirección regional del PP para dar por hecho de que Génova dará aire a Isabel Bonig a la hora de elaborar la lista autonómica. El equipo de Bonig está convencido de que el adelanto electoral con el que Pedro Sánchez ha sorprendido tiene una derivada en positivo para la organización valenciana y que se traduce en la necesidad de ambas partes de evitar al máximo los conflictos y respetarse a la hora de elaborar las candidaturas. Las primeras, las nacionales, dependen de la dirección nacional aunque formalmente las provinciales confeccionan la lista y la envían a Madrid. En el PPCV dan por hecho que Casado es quien decidirá esa lista y que dará prioridad a personas de su confianza como Belén Hoyo, llamada a desplazar a Elena Bastidas del número uno.

La previsión de escaños del PP a nivel nacional está muy por debajo de la actual representación ya que, aunque la regional no tiene datos de cómo afectará a los escaños valenciano, saben que habrá un tijeretazo. Ante unos pocos puestos de salida, Bonig es consciente de que su capacidad de pedir debe reducirse a dos o tres nombres. Peleará por la continuidad de Bastidas y por Rubén Moreno, aunque la implicación de este último en las primarias a favor de Soraya Sáenz de Santamaría se lo pone muy difícil. Lo ocurrido en las primarias del pasado verano es un elemento clave en las negociaciones. Bonig se cansa de afirmar que su relación con Casado es muy buena y que éste ha pasado página del congreso. Así parece que es. «Te quiero mucho», le llegó a decir el dirigente el martes por teléfono en directo y delante de varios periodistas. Sin embargo, no todo el mundo en la dirección ha dejado atrás la pelea.

El calendario favorece la estrategia de la regional que podría resumirse en aceptar sin grandes dramas la lista que haga Casado para el Congreso, pero a cambio de que Bonig tenga manos libres (o casi) para la regional. Esta aspiración se ve favorecido por la fechas máximas de presentación de candidaturas: 25 de marzo para las generales y 22 de abril para las autonómica, es decir, antes de elecciones.

Bonig sabe que también tendrá que hacer algún guiño a Casado en las Corts, pero su empeño es, de un lado, que sus fieles y diputados más aguerridos sigan en las Corts y, de otro, evitar que futuros posibles rivales tengan escaño. La negativa a que se dupliquen cargos sigue viva y ese será uno de los pulsos más claros entre Bonig y Génova. La alcaldable Maria José Català ha pedido ir en la lista de las Corts, mientras que el jefe de la diputación de Alicante, César Sánchez, cercano a Casado, medita sobre su mejor movimiento. Bonig, sin embargo, sigue resistiéndose a ceder y hacer excepciones en su máxima de no duplicar. Ambos son vistos en el partido como posibles delfines en caso de que Bonig caiga tras las elecciones.. La reflexión en el PPCV es que la suerte de Casado determinará la de Bonig y si Casado fracasa en su intento de llegar a la Moncloa difícilmente podrá negar a otros una segunda oportunidad.

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