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Las buenas encuestas elevan la presión sobre Puig para adelantar elecciones

El jefe del Consell se da el fin de semana para consultar y esperará al último momento para decidir

Aplausos y abrazos en las Corts tras la ratificación de la reforma del Estatut ayer. efe/bruque

Elecciones en España y en la Comunitat Valenciana. Habrá que hacerse a la idea de una convocatoria doble, porque la posibilidad de que Ximo Puig adelante elecciones autonómicas (del 26 de mayo al 28 de abril, en coincidencia con las generales) cobra más fuerza en la medida que se acerca la fecha límite.

Puig ha de terminar de deshojar la margarita antes de la medianoche del próximo martes, día 5 de marzo, tope para cumplir los 54 días legales de antelación de la disolución de las Corts. Si adelanta, ese día, como tarde, ha de hacer oficial la decisión.

Ayer dijo que no piensa actuar con prisas: realmente, en el debate del avance electoral estamos desde julio pasado. Así que este fin de semana tiene previsto algunas consultas, ver papeles, añadió, y entre el lunes y el martes decidir.

No es descartable, según ha podido saber este diario, que pueda haber alguna conversación con el presidente del Gobierno y líder del PSOE. Estaba prevista de antemano, aseguran fuentes socialistas, pero con el contexto actual cobra especial relevancia. Inicialmente iba a ser un encuentro personal, pero no está confirmado.

En todo caso, Puig rechaza que se pueda visualizar como una petición de permiso, cuando es una facultad exclusiva del president y, si en algo ha incidido en los meses de debate es en la oportunidad de adelantar en algún momento para singularizar a la C. Valenciana y sacarla del pelotón de las autonomías del régimen general.

En este sentido, el protagonismo y la resonancia que adquiriría el territorio valenciano en el caso de celebrar elecciones junto con las generales es uno de los factores que más pesan en la balanza que maneja Puig.

Mientras tanto, la presión para adelantar crece ante la sucesión de encuestas que pronostican una victoria de Pedro Sánchez y con holgura creciente. El CIS elevaba ayer al PSOE hasta el 33 % y los sondeos del último fin de semana también eran favorables. Al PSPV lo sitúa en un 28,2 % en caso de generales.

En este momento, y a diferencia de hace unas semanas, existe una mayoría en el entorno socialista a favor del avance de la convocatoria, admiten veteranos de la dirección. El tirón del PSOE en la situación española actual se considera un buen motor del que ir a rebufo. Asegura una elevada participación, a pesar de que el día 28 de abril coincida con el puente valenciano de San Vicente, sostienen los partidarios del adelanto, que no ven claro que sea fácil atraer a la ciudadanía de nuevo un mes después. Y nada garantiza que el debate en clave española se haya disipado el 26 de mayo, con los partidos en el Congreso en plena negociación de pactos.

El elemento Podemos es otro factor para no demorar la votación. Una caída fuerte en las generales pondría en peligro superar la barrera del 5 % en las valencianas. Sin Podemos, la reedición del Botànic es muy complicada.

El gran factor disuasor del adelanto es que supone actuar contra la voluntad y los intereses de Mónica Oltra y Compromís, con quienes Puig está obligado a entenderse el día después de las urnas. El equipo de la vicepresidenta insiste en que no ve motivos. Solo queda esperar y no marearse. Paciencia.

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