Dispositivos eléctricos y electrónicos depositados en Valencia se envían para su gestión a Madrid o incluso a Badajoz. Es una de las conclusiones del estudio "Agujeros en la economía circular: fugas de los residuos electrónicos en Europa", presentado esta mañana por la Fundación EQUO. Un documento que alerta de que varios países de la UE, España incluida, exportaron ilegalmente más de 350.000 toneladas de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE) durante los últimos dos años, según las estimaciones de un informe elaborado por la citada entidad y la organización Basel Action Network (BAN).

En el caso de España, durante mayo de 2017 se depositaron 45 dispositivos electrónicos con rastreadores -3 de ellos, directamente en la calle "para comprobar su gestión informal" y el resto, en zonas de recogida oficiales- en Madrid, Barcelona, Bilbao, València y Sevilla.

De los 42 depositados en los puntos limpios, 6 "no se han movido aún del punto de recogida en el año y medio que ha pasado", 2 fueron desmantelados al aire libre "sin reunir las condiciones mínimas" y 1 acabó en Nigeria, mientras que, de los abandonados en la calle, 2 de los 3 fueron desmantelados en menos de 24 horas.

El estudio señala también como "destacable" el "elevado número de kilómetros" que recorren "muchos de los dispositivos" y apunta como ejemplo que algunos de los depositados en Valencia se enviaron para su gestión a Madrid o incluso a Badajoz.

Ambas entidades realizaron un seguimiento de los RAEE exportados desde Austria, Bélgica, Dinamarca, Alemania, Hungría, Irlanda, Italia, Polonia, España y Reino Unido, cuyas conclusiones han publicado en el mencionado documento. Para controlar este tipo de desperdicios electrónicos, técnicos de EQUO y BAN instalaron sistemas de localización GPS en 314 ordenadores, impresoras y monitores antiguos que fueron después trasladados a puntos limpios.

Los datos recogidos demuestran que un 6 % de los equipos fueron exportados de manera ilícita a países como Nigeria, Tailandia, Pakistán o Ucrania, entre otros.

De la decena de socios europeos implicados en esta investigación, sólo Hungría no participó en las exportaciones ilegales, mientras que el peor infractor fue el Reino Unido.

La conclusión del informe es que "si se extrapolara los flujos descubiertos con cifras relativas a la generación de RAEE en Europa, habría un total de 352.474 toneladas por año" de residuos gestionados de manera ilegítima.

El problema es que en los países receptores, los RAEE "son sometidos a operaciones de reciclado peligrosas por debajo del estándar" de protección tanto para los trabajadores como para el entorno.