Nadie se sorprende actualmente al leer en algún medio de comunicación que se ha vuelto a coronar la cima del Everest. Desde la primera ascensión -llevada a cabo por Edmund Hillary y Tenzing Norgay- el 29 de mayo de 1953 son muchos los alpinistas que han coronado con éxito la cima del planeta que habitamos. Y, aunque casi todas las grandes cimas de las cordilleras del Himalaya y el Karakorum han sido conquistadas por el hombre, aún quedan algunas que, quizá, nunca lleguen a serlo. Es el caso de montes como el Kailash. Situado en el Himalaya tibetano nunca ha sido escalado en deferencia a las creencias budistas e hinduistas. Muchos habitantes de esta región creen que una deidad habita en su cumbre, por lo que ningún hombre debe ascender hasta ella. De una gran belleza, de él nacen algunos de los principales ríos de Asia, como el Indo y el Brahmaputra, gracias a los cuales miles de personas pueden disponer de agua para sus cultivos y su día a día. Arrinconado y protegido entre las inmensas China e India, el pequeño país de Bután (cuyo nombre se traduce como tierra del dragón del trueno) posee también algunas de las grandes cimas por escalar del planeta. Debido a una legislación local no se permite realizar alpinismo por encima de los 6.000 metros. Y en Bután algunas cimas superan con holgura los 7.000. Es el caso del Gangkhar Puensum. Una escarpada montaña con la que muchos escaladores sueñan con conocer. Algo que, por el momento, no es posible. A pesar de las restricciones, marzo constituye un mes idóneo para conocer estas grandes leyendas en forma de montaña. Monumentos naturales que son admirados continuamente por devotos de las religiones locales o amantes de la naturaleza de cualquier parte del mundo. Existen muchas rutas para observar la magnificencia de las cumbres. Y, aunque no puedan coronarse, siempre podremos conformarnos con el espectáculo visual que supondrán. Quién sabe, quizá algún día el incansable espíritu explorador del ser humano llegue hasta sus cimas. Pero, hasta entonces, seguirán bajo la custodia del Sol y las estrellas. Pues solo ellos saben si, quizá, hay alguien habitando su cumbre.