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Expertos creen que el adelanto favorece al PSPV pero avisan de la volatilidad política

Dudas sobre la idoneidad de generales y autonómicas juntas el 28A por la exposición a la agenda nacional

Imagen del pleno de las Corts Valencianes durante la sesión celebrada esta semana. levante-emv

Hay unanimidad entre politólogos y expertos en el campo del derecho y la sociología que un posible adelanto de las elecciones autonómicas del 26 de mayo al 28 de abril para hacerlas coincidir con las generales convocadas por Pedro Sánchez beneficiaría a los socialistas valencianos. Pero, también alertan de la elevada volatilidad de la política española y de que nada de lo que se pueda establecerse hoy como seguro tiene por qué serlo la próxima semana.

Levante-EMV ha pulsado la opinión de expertos y entidades sociales y estas son sus reflexiones.

La profesora de Ciencia Política y de la Administración, Rosa Roig, incide en que vivimos en el tiempo líquido que bautizó Bauman y que si se mantiene la situación de «liderazgo» del socialismo español el beneficiado será el PSPV de Ximo Puig. «Habrá un voto pensando en las generales que puede perjudicar a Compromís porque su estructura es fuerte en los municipios, que es donde ellos han crecido», señala y añade que no se va a perder el carácter valenciano de la cita porque nunca ha existido una lógica completamente valenciana en las elecciones autonómicas.

Desde el punto de vista de la derecha cree que la situación actual perjudica al PP por el momento «dulce» de Vox ya que es el partido de derecha radical el que está marcando las elecciones, con el PP y Ciudadanos, detrás. «Puede que la derecha sume, pero el PP va a perder muchos votos», añade.

El profesor del mismo departamento, Juan Rodríguez Teruel, considera que las dos fechas representan contextos distintos y cada una puede generar efectos diferentes sobre el resultado.

«Si las elecciones valencianas se celebran el 28 de abril pueden verse afectadas por el efecto Sánchez que va a darse y un mayor apoyo al PSOE entre electores de izquierda para contener la mayoría de derechas; y un voto más fragmentado en el electorado de derechas. Por el contrario, si las elecciones se celebran en mayo, experimentarán un 'efecto doble vuelta', que dependerá de lo que haya sucedido en abril: si hay un ascenso de voto importante para el PSOE, en mayo eso puede favorecer una recuperación de Compromís y un voto de protesta en la derecha, que incentive su concentración quizá en Vox y perjudique a quien haya resultado más debilitado en la competición entre PP y Ciudadanos», dice.

Según la tesis de Rodríguez Teruela, el presidente, Ximo Puig, representa un discurso político bastante alineado con las tesis políticas de Pedro Sánchez: agenda social, diálogo y moderación para el conflicto territorial y las encuestas están mostrando un apoyo importante, y en ascenso, por parte del electorado de izquierdas a esa política, incluso entre una parte de electores de centro, al tiempo que se expresa una preocupación profunda hacia el papel que pueda desempeñar Vox. Teruel añade que eso puede impulsar el apoyo a Sánchez y a Puig entre los electores valencianos. «Creo que una coincidencia de las elecciones en abril podría devolver al PSPV a unos niveles de apoyo no vistos en bastante tiempo. El CIS viene sugiriendo la posibilidad de que el PSOE pudiera volver a ganar unas elecciones generales en la Comunidad Valenciana, algo que no sucede desde hace 1989», remarca.

El catedrático y expresidente del Consell Jurídic Consultiu Vicente Garrido Mayol cree que unas autonómicas el 28 de abril beneficiarían más a los partidos de ámbito nacional, normalmente los dos grandes partidos tradicionales, sin olvidar a los emergentes, como Vox al que le ve mejor resultado en el Estado que en las comunidades autónomas que quiere suprimir.

Garrido señala que le parece que Podemos está en caída libre, pero que el gran perjudicado sería Compromís, no solo porque en las generales se vota más en clave nacional, sino también «por la pérdida de afección de Mónica Oltra, que se ha visto que su papel está más en la oposición que en el gobierno», asevera Garrido.

El politólogo Francesc Miralles recuerda que el voto de la izquierda en momentos álgidos siempre se ha movido se elevó a 1,4 millones en 2015, pero que en esa convocatoria hubo una participación más cohesionada hacia la izquierda y con mucho votante del PP en la abstención. También cree que el adelanto beneficiaría al PSOE y que la participación sería más elevada. Apunta Miralles que el voto de la derecha está muy movilizado desde la irrupción de Vox en Andalucía, pero en estos momentos lo que se detecta es una activación del votante socialista. En su opinión, Podemos pierde, pero no tanto como gana el PSOE, lo que evidencia que los socialistas están ganando apoyo por el centro. También opina que para Compromís resultaría perjudicial el adelanto porque su gran baza es el tirón municipal. Con todo aporta que un tándem Mónica Oltra-Joan Baldoví (políticos bien valorados) como reclamo el mismo día para autonómicas y generales resultará ilusionante para sus bases. Compromís parte con el paso cambiado, pero también tiene puntos a favor como la activación de sus alcaldes que se la juegan el mes siguiente.

Dominará el debate nacional

El sociológo Rafa Castelló cree que hacer coincidir las elecciones generales y autonómicas el 28 de abril tiene un inconveniente claro que es que el debate quedará dominado por la agenda nacional y teme que el «procés» catalán y sobre todo las cuestiones que más le interesan a la extrema derecha, como las leyes de igualdad o las relacionadas con la violencia machista, se conviertan en el centro del debate, lo que el sociólogo considera que beneficia precisamente a las posiciones más extremistas.

Castelló cree que una vez pasadas las generales, las autonómicas del 26 de mayo permitirían centrar más el debate en la agenda valenciana y que eso beneficiaría al Botànic. «Es un análisis sobre impresiones», matiza, pero «tengo dudas de mezclar la campaña valenciana y la española porque creo que al Botànic le interesa mantener su propia agenda y considero que se debería esperar a ver qué pasa en España y dejar pasar Cataluña», aporta.

Intersindical rechaza el avance

Por lo que respecta a las entidades sociales, desde la Intersindical Valenciana su portavoz Vicent Maurí no ve justificado un avance electoral por la amplia mayoría existente para la izquierda en las Corts. «Hay que acabar la legislatura e implementar las políticas sociales, económicas y laborales que necesitamos los valencianos -opina Maurí- para mejorar las condiciones de vida. Esta tiene que ser la prioridad del Consell». Añade que la coincidencia de las elecciones generales y las autonómicas supondría que la agenda valenciana quede relegada a un segundo plano lo cual perjudica a los intereses de las valencianas y valencianos.

El presidente de Cavecova, Juan Antonio Caballero, no cree que el cambio de fechas influya en los resultados electorales. En su opinión hay otros factores clave como el desarrollo de la campaña y si ésta se centra en temas valencianos o están «estatalizadas», lo que perjudicaría a Compromis.

Por su parte, el secretario general de Comisiones Obreras, Arturo León cree que es «probable» que el resultado sea distinto si las autonómicas se celebran en una fecha u otra porque tendrían lugar en escenarios distintos y sostiene, con todo, que lo que espera su colectivo es que «sean cuando sean», beneficien a partidos que impulsen políticas de progreso social y en ningún caso a opciones de dudosa cultura democrática.

Mientras, el secretario general de UGT, Ismael Sáez, no tiene constancia de que el cambio de fecha pueda influir en la variación del resultado aunque sí está convencido de que la celebración conjunta de las generales y las autonómicas incrementaría el nivel de participación. En cambio prefiere no contestar a la pregunta de qué partido saldría beneficiado. «Eso lo veremos el 29 de abril», apunta. Más dudas que certezas.

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