El de hoy puede ser un día muy ajetreado para los miembros del Consell, especialmente para el president, Ximo Puig, si, como todo parece indicar, finalmente decide convocar elecciones autonómicas en la Comunitat Valenciana el próximo 28 de abril, haciéndolas coincidir con las generales. En su cabeza está si dar el paso, tras madurarlo durante su retiro de fin de semana en Morella, y por sus manos pasan ahora los movimientos para que esa determinación tome forma.

El reloj electoral empezará a correr hoy mismo si hay adelanto, pero no lo hará de manera oficial hasta que el propio Puig, a quien el artículo 28 del Estatut le confiere la competencia para fijar la fecha de los comicios, firme el decreto con el que disolverá las Corts y, automáticamente, quedarán convocadas las elecciones. Eso debe ser durante este lunes, en tanto que mañana martes finaliza el plazo para poder llamar a los valencianos a las urnas a través del Diari Oficial.

Antes de eso, el presidente del Consell debería dar cumplimiento a una serie de formalismos que, en parte, buscarán ofrecer cierta deferencia a quienes han sido sus socios de gobierno durante estos cuatro años, Compromís, que ha mostrado una oposición clara los últimos dási a adelantar el proceso. Así, lo primero será llamar a la vicepresidenta, Mónica Oltra, quien, a su vez, es la secretaria del Consell, para, probablemente en una reunión en el Palau, informarle de su decisión. Tras esto, Puig deberá convocar a todos los miembros del ejecutivo en un pleno extraordinario. En esa reunión deberá informar del anticipo electoral y también exponer los motivos por los que se habría decantado finalmente por darle curso.

Después de esta reunión tendría que firmar el decreto de Presidencia con el que se dará por finiquitada formalmente la legislatura que arrancó en julio del 2015, disolviendo las Corts y dando el pistoletazo de salida al periodo de precampaña electoral. Entrará en vigor una vez se publique en el Diari Oficial de la Generalitat Valenciana (DOGV).

Desde ese momento, todos los consellers y conselleras y el propio presidente pasarían a estar en funciones. Por su parte, los 99 diputados y diputadas actuales pierden esa condición, por lo que prácticamente se paraliza la actividad institucional. A partir de ese momento, por tanto, ya no habrá más plenos en la cámara. De hecho, hay prevista una sesión para el próximo jueves, que, lógicamente, quedaría desconvocada.

El único órgano que se mantiene activo es la diputación permanente de las Corts, que está formada por 18 miembros nombrado por los grupos parlamentarios en función de la representación que cada uno tenga en el hemiciclo, además de los componentes de la Mesa y el presidente de las Corts, Enric Morera. Este instrumento solo convoca sesiones plenarias en el caso de que se tengan que tratar cuestiones muy urgentes. Los integrantes tienen el voto ponderado, es decir, cada uno representa a la totalidad de los diputados que tiene su grupo.

Reunión con Montero

Hasta anoche, tanto el presidente como la totalidad de los miembros del Consell mantenían sus agendas institucionales, incluida la vicepresidenta, Mónica Oltra, cuyo primer acto es su presencia, a las 14 horas, en el balcón del Ayuntamiento de València para acudir a la mascletà. Puig, por su parte, tiene prevista una reunión esta misma tarde, a las 16.30 horas, con la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, un encuentro que, de precipitarse los actos previstos, quedaría lógicamente desconvocado.

Todo apunta a que la actual legislatura está en sus minutos de descuento. Que se finiquite más pronto o más tarde dependerá de los horarios que maneje el equipo del presidente para ir cumpliendo todos los trámites necesarios para que se convierta en oficial.