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El bipartito enfría la tensión interna y allana el reencuentro

Puig y Oltra pasan página, se excluyen como rivales y defienden una reedición del Botànic - Mata sitúa a Podemos como clave del adelanto e irrita a los morados

PSPV y Compromís no son rivales, a pesar del desencuentro transmitido en directo el lunes por el adelanto electoral al 28 de abril decidido por el presidente de la Generalitat. Lo dijeron desde ambos frentes. ¿Es el PSPV «rival» de la coalición en las elecciones?, le preguntaron a la vicepresidenta. Mónica Oltra, en Onda Cero ayer. Su adversario, dijo, son las derechas.

La misma cuestión se planteó en la ejecutiva extraordinaria de los socialistas la noche del lunes. El planteamiento fue el mismo: el rival es la derecha, no Compromís.

Fue la tónica general el día después. Al menos entre los dirigentes, porque la tropa se mostró más soliviantada. Tras la tormenta del lunes (los cinco consellers de Compromís rechazaron apoyar el adelanto electoral en el pleno), si no la calma, sí llegó la distensión.

El Botànic no ha explotado, afirmó Oltra, que insistió en su reedición, aunque la coalición «sí toma nota de la decepción», aseveraban en privado otros dirigentes. En la otra parte del Consell tampoco entienden la airada reacción de la vicepresidenta desde el viernes, pero su plan de futuro pasa por un nuevo Botànic. «En un acuerdo de gobierno siempre hay posiciones diferentes, pero no pasa nada. Pasamos página y preparamos ya el final de legislatura que ha sido extremadamente positiva», dijo el jefe del Consell, Ximo Puig. Añadió su confianza en reeditar «un ejecutivo de progreso» la próxima legislatura.

El portavoz en Corts de Compromís, Fran Ferri, fue de los que ayer también tendió puentes al calificar de «anécdota» los sucesos del lunes. «Ya forma parte del pasado», aseguró, negó que la izquierda esté rota y abogó por la reedición del Botànic. Con todo, dijo que no le parecía leal la decisión del presidente aunque sí las otras 5.746 iniciativas aprobadas.

Un peldaño más abajo en la jerarquía de la coalición no eran tan conciliadores. Mònica Àlvaro calificó de «estafa» la actitud de Puig.

El foco ayer se trasladó paradójicamente a Podemos. Manolo Mata (PSPV) quiso colgar a la tercera pata del Botànic parte de la responsabilidad del adelanto electoral. Sin su aquiescencia no se hubiera producido, dijo, aseveración que no gustó a dirigentes morados como tampoco la puesta en escena del adelanto, que consideran errónea. En todo caso, las declaraciones de ayer dejaron traslucir aprobación con la convocatoria de elecciones, algo que le distancia de Compromís. El candidato de Podemos al Consell, Rubén Martínez Dalmau, aseguró que el adelanto ya es un hecho y que la verdadera amenaza es la posibilidad de un gobierno involucionista.

El modelo Pedro Sánchez

Mientras, Compromís descarta seguir el modelo de Pedro Sánchez y recurrir a decretos ley para salvar proyectos pendientes, como propone Podemos. Sostienen fuentes de la dirección de Compromís que requiere una justificación que no se daría. Los de Oltra sí están acelerando algunos decretos que desarrollan leyes recientes. Sucede así con la de Servicios Sociales, pendiente de dos textos que oficiales que la regulen.

Mientras, Podemos solicitó ayer una reunión con Puig y Oltra para intentar sacar adelante compromisos del Botànic con las Corts disueltas como leyes pendientes o decisiones ejecutivas como la reversión del Hospital de Dénia. Su líder, Antonio Estañ, admitió que el lunes se enteró del adelanto por la prensa, pero la semana pasada Puig le transmitió la posibilidad.

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