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"Ser ingeniera es soñar en voz alta"

Las mujeres ingenieras llaman en un congreso estatal en València a "romper la brecha de los sueños"

La ingeniera alicantina Nuria Oliver en la ponencia inaugural. levante-EMV

«Mi abuela era ingeniera industrial, pero nunca la dejaron ejercer... Cuando yo era una niña le pregunté: ¿Qué es una ingeniera?, y ella me respondió: 'Ser ingeniera es soñar en voz alta'. Fue entonces cuando decidí que quería ser ingeniera». Esta emocionante vivencia la cuenta la ingeniera agrícola valenciana Regina Monsalve, presidenta del Foro Ingeniería y Sociedad, que con la Real Academia de Ingeniería (RAI) de España organizó ayer en València el primer congreso nacional de Mujer en la Ingeniería, la Tecnología y en la Industria (MITI).

Este encuentro reunió en la Ciudad de las Artes y las Ciencias a 400 personas, la mayoría de ellas ingenieras y tecnólogas, para centrar el foco en la falta de vocaciones científicas, tecnológicas, de ingeniería y matemáticas (STEM en inglés) entre las niñas. Las mujeres son mayoría hoy en las aulas universitarias, pues representan al 54 % del estudiantado, pero en los grados de STEM apenas suponen el 23 %.

«Ninguna sociedad puede permitirse el lujo de perder a la mitad de su talento», alerta el presidente de la RAI, Elias Ferreres, quien incide en que las niñas españolas «a muy corta edad, a los 6 o 7 años, ya empiezan a perder el interés por la ciencia y la tecnología».

Acabar con los estereotipos

Los estereotipos que mantienen en la sombra a las mujeres ingenieras y, por tanto, la falta de referentes o modelos a seguir por parte de las niñas, como el que tuvo Regina Monsalve con su abuela, explican parte del alejamiento de las niñas de las STEM desde los primeros cursos de Primaria. Por esta razón, la ingeniera en telecomunicaciones alicantina, Nuria Oliver, apostó en la ponencia inaugural por «el empoderamiento de las mujeres a través del cambio del modelo educativo». Oliver, académica de la RAI, es experta en Inteligencia Artificial y Big Data y primera española en ganar el Young Innovation Award del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) de Boston, la prestigiosa universidad estadounidense en la que se doctoró.

Oliver llama no solo a romper estereotipos, sino también a introducir en toda la enseñanza obligatoria (desde los 6 a los 16 años) «una asignatura troncal de pensamiento computacional para que los niños y niñas se sientan competentes tecnológicamente por igual». Explica que la nueva materia «debe incluir cinco áreas: algoritmos, datos, redes, programación y hardware». Además, insiste en que esta revolución educativa debe apostar por «fomentar la creatividad y la inteligencia social y emocional de los jóvenes, que es lo que nos caracteriza como humanos y nos permitirá complementarnos con la Inteligencia Artificial».

Evaluaciones «ciegas de género»

Oliver insiste en que para atraer a las niñas a la ingeniería se necesitan más referentes, por lo que subraya la necesidad de que haya más mujeres ingenieras «en posiciones de liderazgo». Para ello insta a las empresas a realizar procesos de selección diversos en cuanto a cuestión de género, «y si no hay una lista con candidatos y candidatas, cancelar la selección». Otra necesidad son las «evaluaciones ciegas de género», es decir, procesos de selección donde no se conozca el sexo de los y las aspirantes y recordó que las audiciones «a ciegas» en los procesos de selección de las orquestas, «donde hasta los años 70 no había casi mujeres solistas, incrementaron en un 50 % la incorporación de instrumentistas».

Tumbar los «muros de corbatas»

Otro aspecto clave para esta experta, junto a dar más visibilidad a las mujeres ingenieras, «son las redes de mentorización» en las que ingenieras senior de éxito ayudan a facilitar el tránsito al mercado laboral a las estudiantes de ingeniería. Este programa de apoyo mutuo lo implementa la RAI a través de la iniciativa Mujer e Ingeniería que dirige la ingeniera Sara Gómez, presente ayer en València y a quien el president Ximo Puig citó en su discurso inaugural del congreso como un ejemplo a seguir cuando habla de que el techo de cristal contra el que luchan las ingenieras son más bien «muros de corbatas».

El programa de Mujer e Ingeniería de la RAI lo ha introducido en la Comunitat este curso la Universitat Politècnica (UPV) a través de su Consejo Social, bajo el nombre Up! Steam (¡Arriba! la ciencia, la tecnología, la ingeniería, el arte y las matemáticas). En su primera edición valenciana, esta iniciativa ha triplicado sus expectativas , forjando una red de 60 mentoras que durante cuatro meses compartirán vivencias con 60 jóvenes estudiantes de ingenierías, quien a su vez visitarán 60 institutos para promocionar las Steam entre las estudiantes de ESO a través de un concurso de robótica. La presidenta del Consejo Social de la UPV, la ingeniera industrial Mónica Bragado, llama a acabar con la «brecha de los sueños» que desalenta a las mujeres de los estudios técnicos. «La brecha de los sueños es la distancia entre lo que las niñas creen que pueden lograr y su verdadero potencial», aclara.

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