Lo proclamó Toni Cantó y lo confirmó Albert Rivera: la educación será el campo de batalla de Ciudadanos en la Comunitat Valenciana. «Sacaremos las garras de Marzà de la cabecita de los niños valencianos», prometió ayer el candidato a president de la Generalitat por la formación naranja durante un «encuentro con ciudadanos» que tuvo lugar en el Tinglado 2 de la Marina de València. «Te voy a echar una mano -le dijo después Rivera a Cantó-. Si gobierno España, vamos a poner en marcha la Alta Inspección del Estado para garantizar que no se manipule en las escuelas».

Algo más de medio millar de personas asistieron ayer a este acto preelectoral en el que, además de Rivera y Cantó, intervino la recién nombrada cabeza de lista al Congreso por la provincia de València, María Muñoz. El primero en subir al estrado flanqueado por todo tipo de banderas (valenciana, española, europea, LGTBI, bisexual, transexual...) fue el candidato a jefe del Consell por Ciudadanos, quien en su discurso arremetió tanto contra el PP como contra el PSPV, Compromís y Podemos. Sólo Vox se salvó de su ataque.

Cantó acusó a Isabel Bonig (candidata popular a la Generalitat) y a María José Catalá (candidata a la alcaldía de València) de «haber estado en aquel PP» cuyas «corruptelas» propiciaron, según él, la victoria del tripartito en la Comunitat Valenciana, «un gobierno que venía a rescatar personas y que sólo se ha rescatado a sí mismo».

Si es elegido presidente de la Generalitat, Cantó anunció ayer que lo primero que hará será «acabar con los barracones» y después sacar de la educación la «semilla del pancatalanismo para que la Comunitat Valenciana no acabe en cuatro años como Baleares y en ocho como Cataluña».

Su tercera prioridad, añadió, será acabar con las colas en los hospitales, para lo que apostó por recuperar los conciertos con empresas privadas, al igual que hará con la educación, «siempre que cumplan las normas». Y la cuarta, un «welcome» a la inversión extranjera frente al «go home» del Govern a proyectos como Puerto Mediterráneo.

Albert Rivera, por su parte, advirtió en su intervención que Pedro Sánchez y Ximo Puig son «dos caras de la misma moneda», ya que «Sánchez es un personaje que es capaz de llegar al Gobierno con Torra, Puigdemont, Rufián o Iglesias, lo mejor de cada casa, y lo mismo ha hecho el PSOE aquí, entregándole la educación a los nacionalistas». En este sentido, el candidato de Cs a presidente del Gobierno se refirió a la «guerra de lenguas»: «Soy catalán, castellano, hablo inglés, ¿a quién le molesta que se aprendan idiomas? (...) El único lugar de Europa donde hay políticos que no quieren que el español se estudie es España, y eso no puede suceder».

En su discurso, Rivera reconoció que la valenciana es de las comunidades que «más aportan al resto del país» y que considera que «hay que poner dinero donde se crean empleos, inversiones y recursos». Se comprometió a «acabar el Corredor Mediterráneo para que València, Murcia y Andalucía tengan lo que se merecen, por lo que aportan al resto de España y porque es justo para ellas». Fue el momento de su intervención que más aplausos cosechó. Por si acaso, Rivera subrayó que este anuncio no tiene que ver con identidades ni privilegios entre comunidades: «Mi batalla es que los trenes puedan salir de forma más barata y ágil, pues en el mundo real un cuarto de hora es oro».