Isabel Bonig retó ayer a Ximo Puig a un debate «cara a cara» para comparar los modelos políticos que ofrecen para la C. Valenciana ambos partidos. Sin condiciones y con el día, la hora y el lugar que quiera para celebrarlo, dijo la presidenta popular.
La propuesta se produce porque Bonig confía en que ambos partidos sigan siendo los mayoritarios a partir del 28 de abril, por lo que no consideró necesario extender la invitación a los tres partidos que hoy por hoy componen las Corts. De hecho, tanto Compromís como Podemos y Ciudadanos vieron desfasada la oferta de Bonig por no ceñirse al espectro político actual.
«Parece que el bipartidismo no se ha enterado de que hay una nueva realidad política en España», dijo Toni Cantó. El podemista Rubén Martínez Dalmau señaló que estas propuestas «son nostalgias del bipartidismo». En el caso de Compromís, doblaron la apuesta y, además de cuestionar este debate entre los dos partidos mayoritarios, pareció que la respuesta de Ferri retaba a Bonig a mantener ese debate con Mónica Oltra.
La invitación únicamente a Puig no es más que el «miedo» que la lideresa popular tiene «a la candidata preferida para ocupar la presidencia de la Generalitat».
El president aseguró no tener ningún problema en entrar al debate con la presidenta popular o con cualquier otro candidato. Aún así, aseguró no tener «muchas ganas» de hacerle la campaña, sin precisar si aceptaría el debate o no. Sin embargo, instó a Bonig a hacer unas primarias dentro de la derecha para ver qué candidato «es el indicado o indicada» para mantener el cara a cara con los socialistas.
Precisamente Martínez Dalmau descartó que Bonig fuera a postularse como voz de la derecha valenciana. Solo ella está interesada en ese debate y es decisión de Puig participar o no. «Creo que el aporte será nulo», concluyó.
El leitmotiv del debate sería mostrar el programa autonómico que propone el PP frente al de los socialistas. Bonig resaltó tres ejes: la libertad educativa, la bajada masiva de impuestos o una ley de protección de la maternidad.
Sin embargo, Toni Cantó declaró a este diario que un cara a cara entre el bipartidismo no tiene sentido porque, al final, «se ponen de acuerdo en no acabar con los aforamientos, en no despolitizar la justicia, en evitar las comparecencias de sus dirigentes por corrupción, financiación ilegal, masters o tesis», sentenció.
