Recuerdo, cultura, emoción, feminismo y política se dieron ayer la mano en la primera edición del Premio Carmen Alborch organizados por el PSPV de València en el IVAM y que fue entregado a la artista valenciana Carmen Calvo.

Con la presencia del expresidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero; el jefe del Consell, Ximo Puig y la teniente de alcalde de València, Sandra Gómez, el acto sirvió sobre todo para rendir homenaje a una mujer que «vivió del arte y para el arte desde la València de la modernidad», tal como la recordó el escritor y diputado socialista en Les Corts, Fernando Delgado.

Por su parte, el todavía diputado en el Congreso y amigo íntimo de Alborch, Ciprià Ciscar, destacó de la que fue ministra de Cultura, fallecida el pasado octubre, su «compromiso con el feminismo, con la cultura y el socialismo».

La entrega del premio a Calvo -además de la mención de honor con la que se reconoció la trayectoria de la ilustradora Carla Fuentes-, vino precedida de la lectura de poemas por parte de tres amigas de Alborch: la coreógrafa Rosángeles Valles, la cantante Sole Giménez y la presidenta de la Federació de Dones Progressistes, Amalia Alba.

Estas lecturas y los sentidos recuerdos de Delgado y Ciscar fueron aplaudidos por el público que abarrotó la sala «Carmen Alborch» del IVAM, entre los que se encontraba el conseller de Hacienda, Vicent Soler; el síndic socialista, Manolo Mata; la directora de Cultura, Carmen Amoraga; el catedrático de la UV, Javier de Lucas; el diseñador Francis Montesinos, el dramaturgo Rodolf Sirera y el director del museo, José Miguel Gª Cortés.

Por su parte, el expresidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero destacó que la exministra fue «un regalo para las cosas que nos hacen crecer y ser libres en la vida: la cultura y el feminismo» y la definió como una de las pioneras de este «momento histórico en el que se está haciendo una democracia de mujeres».

Zapatero afirmó que le «emociona la sensibilidad feminista» y la capacidad «de reconocer a las mejores como Carmen» y saber que «entre todos» han «puesto un granito de arena» para que España «sea reconocido en el mundo como el país más feminista; un feminismo sin peros, sin adjetivos, libre, auténtico».

«Hoy estamos en el IVAM en el que Carmen Alborch hizo una labor extraordinaria para convertir este museo en el gran icono de la modernidad de València que la derecha destrozó pero que hoy está en proceso de renacimiento», destacó por su parte Ximo Puig, quien no dudó en calificar a Alborch como «patrimonio de la humanidad, y especialmente de todos los valencianos y valencianas». «Que su compromiso por la cultura, por el feminismo y por las libertades continúe inundando la sociedad valenciana», concluyó.