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Conferencia

Ana Lluch: "La era de tratar el cáncer igual para todos se ha acabado"

La oncóloga e investigadora valenciana aborda los avances y nuevos retos de los tumores de mama en el Club Manuel Broseta

Ana Lluch: "La era de tratar el cáncer igual para todos se ha acabado"

El futuro de una enfermedad tan presente como el cáncer del mama (con 3.000 nuevos casos al año en la Comunitat Valenciana) pasa necesariamente por más avances médicos, la «necesidad fundamental» de seguir investigando pero, por encima de todo, «esperanza» para los enfermos.

Es el mensaje que ayer lanzó la prestigiosa oncóloga e investigadora en cáncer de mama, la valenciana Ana Lluch, en la conferencia que ofreció sobre la enfermedad y los avances en medicina de precisión en el Club de Encuentro Manuel Broseta, de la mano de su presidenta Amparo Matíes.

«Estamos en un momento maravilloso. Tenemos tratamientos más eficaces y menos tóxicos. Hemos avanzado tanto que es una alegría poderlo transmitir», iniciaba su comparecencia la oncóloga, que pidió empezar a ligar la enfermedad a la palabra «curación» porque «sí, hoy el cáncer se puede curar».

Y todo gracias a cuestiones como la mejora del diagnóstico precoz y los grandes avances en conocimiento molecular de los tumores y en el consecuente desarrollo de tratamientos más personalizados que la investigación ha propiciado en apenas veinte años, desde el inicio del siglo XXI. Estas variables -que Lluch desgranó- estaban detrás de esa «decisiva» caída de la mortalidad en cáncer de mama experimentada en estos años: «hasta un 30 % desde los años 90».

En esto, el screening, esa mamografía que se hace cada dos años ha sido «fundamental» y ha posibilitado que muchas mujeres descubran que tienen cáncer cuando el tumor es más fácil de abordar y la curación es más que segura.

Localizar antes pero también diagnosticar mejor para tratar mejor. Ahí estaba la segunda clave, para Lluch, de esa caída en la mortalidad. «Hasta hace 20 años solo estaban los citostáticos», la conocida como quimioterapia, recordó la catedrática de Medicina de la Universitat de València -la primera de España especializada en Oncología. Este abordaje clásico busca la muerte de las células malas pero que, al ser tan poco específico, termina atacando también a las buenas. «Ahora lo estamos abandonando», explicó Lluch «y todo gracias al descubrimiento del genoma», que ha posibilitado ser más selectivos.

«Los pacientes no eran iguales»

«Entendimos que los pacientes no eran todos iguales aunque tuvieran la misma enfermedad» y esa ha sido la puerta para el desarrollo de todo el arsenal terapéutico que, contra el cáncer y sobre todo contra el de mama, se ha venido implementando en estos últimos 20 años.

«Hasta el 2001 teníamos un conocimiento limitado de la célula. Hoy sabemos que tiene unas vías de señalización muy complejas gracias al genoma», explicó Lluch. Gracias a ello y a la secuenciación de los tumores, hoy el acento se pone «en el diagnóstico, que es lo más importante porque no hay una enfermedad de cáncer de mama, hay muchísimas» y se ha conseguido, según recordó la oncóloga que mujeres que antes se trataban con quimioterapia, hoy no la necesiten. «Hoy sabemos quién no la necesita y en los tumores de mama de tipo Her2 es donde más se ha avanzado», explicó.

Esa identificación de nuevas dianas terapéuticas era, junto con la catalogación de los tumores por sus características moleculares, la secuenciación genómica y la identificación de factores de riesgo, los cuatro hitos que habían marcado a la oncología en este comienzo de siglo.

De esa quimio tóxica, «hoy lo que hacemos es terapia biológica» al tener dianas claras a las que atacar, ya fuera en el tipo de cáncer de mama Her2 o en los hormonales. La última puerta por abrir en estas terapias dirigidas es ahora la inmunoterapia que, según Lluch, ya estaba aumentando las cifras de supervivencia en el subgrupo tumoral que aún es la bestia negra del cáncer de mama, el triple negativo.

Una alerta: hay que investigar

«La era de tratar el cáncer igual para todos se ha acabado», aseguró la oncóloga trasladando un mensaje de esperanza pero también una alerta: la investigación seguía siendo «fundamental».

«Para avanzar en la curación necesitamos la implicación de todos en esta lucha» porque «sin investigación no hay futuro», alertó Lluch ante un auditorio en el que, precisamente, había representantes de todos los estamentos implicados: la consellera de Sanidad, Ana Barceló, y su colega de Hacienda, Vicente Soler; responsables académicos como el vicerrector de Investigación de la Universitat de València, Carlos Hermenegildo; la directora del Centro de Investigación Príncipe Felipe, Déborah Burks, o la presidenta del colegio de Médicos de Valencia, Mercedes Hurtado.

La responsabilidad de presentar a la, por otra parte muy conocida Ana Lluch, fue su colega y alumno, el jefe de Oncología del Hospital Arnau, Antonio Llombart Cussac. Reconoció que Lluch había sido «una de mis grandes maestras» y no solo por sus conocimientos «sino por la forma de trasladarlos». «Ella representa de forma única lo que es un médico de verdad».

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