Los investigadores del caso Erial indagan si el dinero que atesoraban los testaferros de Eduardo Zaplana en Andorra (4,8 millones de euros) procede del presunto pago de comisiones en Terra Mítica. Se trata de una de las numerosas vías de investigación abiertas en esta causa que se inició en noviembre de 2015 y que rastrea el presunto cobro de comisiones del expresidente de la Generalitat, Eduardo Zaplana, durante su etapa como jefe del Consell pero también cuando ejerció de ministro de Trabajo y portavoz del Gobierno de José María Aznar. Además de la coincidencia y relación de algunos personajes, todos tienen en común disfrutar de cuentas en la Banca Privada d'Andorra (BPA).

El testaferro de Zaplana, Joaquín Barceló, era el propietario de varias empresas panameñas con cuenta en el BPA de Andorra que transfirieron 4,8 millones de euros a Imison International SA (ubicada en Luxemburgo y creada por Vicente Cotino en 2001). También en Andorra abrieron varias cuentas los empresarios condenados por el fraude de facturas en Terra Mítica, Vicente Conesa y Antonio Moreno Carpio, el 17 de mayo de 2001. En el caso Terra Mítica se llegó a enviar una comisión rogatoria a Andorra para investigar si hubo blanqueo de capitales, estafa y delito fiscal, aunque finalmente la acusación de esta macrocausa de corrupción sólo pudo materializarse por fraude a la Hacienda Pública.

Antonio Moreno Carpio también fue uno de los dos empresarios (el otro fue José Herrero), finalmente condenados en Terra Mítica, a quien los entonces diputados del PSPV, José Camarasa y Antoni Such, grabaron en un encuentro privado entre los cuatro en el que los empresarios admitían haber participado en una trama para hinchar facturas de trabajos relacionados con Terra Mítica y haber pagado comisiones. Eduardo Zaplana llegó a querellarse contra los empresarios y los diputados, pero el juicio nunca llegó a celebrarse porque el exministro de Trabajo retiró la acusación. En esta conversación fue José Herrero quien aseguró: «el señor Conesa decía que se repartía la pasta con el señor Zaplana, no es que lo haya oído yo, es que lo han oído los 16 que han ido a soltar». Zaplana y Conesa son viejos conocidos porque el primero adjudicó al segundo el mapa sonoro y verde de Benidorm, también rodeado de sospechas, que nunca se aclararon.