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Un colegio en medio de la historia

Las Escuelas de Artesanos de València celebran un siglo y medio de vida en el que han formado a 300.000 alumnos

Junta directiva de Artesanos en 1880 en el claustro del actual IES Lluís Vives. escuela de artesanos

«En la instrucción del pueblo está el porvernir de nuestra España. Muchas escuelas como ésta y pronto se transformaría en una gran nación» escribía el 10 de mayo de 1881 en el libro de honor de las Escuelas de Artesanos de València José Echegaray, el primero de los cinco Nobel de Literatura (1904) españoles y el principal matemático español del siglo XIX.

Y entre medias, el que está considerado como el mayor novelista español tras Cervantes, Benito Pérez Galdós, el 14 de marzo de 1896 dejaba otra cita para la historia tras visitar Artesanos: «Si consideramos al pueblo ignorante y holgazán, tememos las revoluciones sociales. Viéndole instruido y trabajador, las deseamos».

¿Qué tiene este colegio que ahora celebra sus 150 años para suscitar el asombro de los nombres más universales de la literatura española? La vocación con la que nació: dar enseñanza laica y gratuita al obrero para sacarlo del oscurantismo y la ignorancia, teniendo como lema «moralizar instruyendo».

Un milagro educativo

Todo un milagro educativo en aquella sociedad con enormes tasas de analfabetismo y en la que el acceso a la enseñanza estaba reservado a las élites. Una desatención de los poderes públicos que uno de los pioneros de la neuropsiquiatría, José María Escuder, denunciaba el 27 de septiembre de 1893 con su dedicatoria en el libro de las Escuelas: «Pensar que un 79 % de los españoles no sabe leer ni escribir y encontrarse una escuela que espontáneamente educa 90.000 obreros y no protegerla de un modo eficaz, indica, o que nuestros gobiernos desean vivir sobre una turba embrutecida, o que son fieles representantes de la imbecilidad general».

Hija de La Gloriosa, la revolución liberal que en 1868 envió a la reina Isabel II al exilio, la Escuela de Artesanos nace el 11 de octubre de ese año a través de un decreto que firman el presidente de la Junta Revolucionaria de València, José Perís y Valero, y su secretario, Félix Pizcueta. Las clases, originariamente nocturnas pues los obreros trabajaban por el día, no empezarían hasta la noche del 13 al 14 de marzo de 1869, cuando abrió por primera vez sus aulas en la Casa de la Enseñanza (actual ayuntamiento).

Esta primera clase es la que marca la efeméride del 150 aniversario de Artesanos. Pronto se quedó pequeña su sede original y las aulas pasaron al antiguo Colegio de San Pablo, actual instituto Lluís Vives, y luego al palau de Na Monforta en la calle de las Barcas, un espacio que ahora ocupa la sede de Bankia, y a su emplazamiento actual en el 40 de la avenida Reino de València que se levantó entre 1925 y 1931 gracias a que el empresario farmacéutico y decano de la Facultad de Farmacia de València, José Rodes Piquer, legó toda su fortuna a las Escuelas de Artesanos.

El patronato laico que fundó esta institución educativa, integrado por destacados prohombres de la burguesía liberal local, aspiraba a «dar o fomentar gratuitamente la enseñanza práctica de las Artes y Oficios, y la instrucción moral e intelectual entre las clases obreras, a fin de que alcancen éstas el mayor grado posible de perfeccionamiento y educación en beneficio de su bienestar».

Este sueño educativo lo lideraban el profesor de Matemáticas Daniel Balaciart y el rector de la Universitat de València (1868-1873) y fundador de la Liga contra la ignorancia, Eduardo Pérez Pujol. Balaciart ya había intentado en 1861 abrir una escuela nocturna para instruir a los obreros, pero no obtuvo el permiso de las autoridades, y Pérez Pujol fue el primer benefactor de Artesanos bajo el pseudónimo Quansevol.

Reyes, literatos y presidentes

La Escuela de Artesanos es un colegio en medio de la historia, pues por sus aulas han pasado desde reyes como Amadeo de Saboya, que la visitó en 1871 donando 4.000 reales al centro, y Alfonso XIII que en la mañana del 11 de mayo de 1905 quiso conocer el centro pero al ser las clases nocturnas estaba cerrado.

No había ninguna autoridad política o intelectual que pasara por València que no acudiera a las Escuelas. Además de dos de los ases del repóquer de Nobel de literatura españoles, también las visitaron el autor del Tenorio, José Zorrilla (1878), el filósofo Miguel de Unamuno (1919) y el compositor Ruperto Chapí (1888), quien escribió en el libro de Artesanos: «El verdadero idioma universal es la música. Enseñársela al obrero, es lograr que todos los pueblos de la Tierra se entiendan entre sí».

Por allí pasaron hasta tres de los cinco presidentes de la I República Francisco Pi y Margall (1881), Emilio Castelar (1887) y Nicolás Salmerón (1894), e incluso jefes de Gobierno como el primer conde de Romanones (1902), José Canalejas (1910), Alejandro Lerroux (1922) y Ricardo Samper (1934), el único valenciano que ha presidido un Gobierno de España. Lideró el Consejo de Ministros de la II República entre abril y octubre de 1934. Samper, además, estudió en este centro , por lo que dejó una emotiva dedicatoria en el libro: «Voy a escribir mi mejor pensamiento: he sido alumno de Artesanos».

De los más de 300.000 alumnos que ha graduado Artesanos estos 150 años, quedan para la historia en el callejero de Valencia, además de Samper, el periodista Félix Azzati, los pintores José Segrelles, Cecilio Plá, Enrique García Carrilero, Amadeo Roca y el escultor Silvestre de Edeta. Aunque por encima de todos ellos brilla el pintor valenciano más universal, Joaquín Sorolla.

Otro hito por el que ha entrado Artesanos en los anales de la pedagogía es que entre 1930 y 1939 acogió la Escuela Cossío, colegio que desplegó en València los principios de la Institución Libre de Enseñanza (ILE) y tuvo como bibliotecaria a María Moliner, la lexicógrafa y autora del Diccionario de uso del español, quien a las ordenes de la maestra Angelina Carnicer desarrolló novedosas y motivadoras actividades de fomento de la lectura entre los niños de 7 y 9 años.

Artesanos también es un centro pionero de la Formación Profesional (FP) en España, pues en 1974 ya había implantado su precedente, la Promoción Profesional Obrera (PPO). Hoy cuenta con más de 1.000 estudiantes desde Infantil hasta Bachillerato y FP, y más de 85 profesores, 15 de los cuales son antiguos alumnos del centro.

Toda la historia de este centro concertado se ha recopilado para el 150 aniversario en el ensayo El libro de oro de las Escuelas de Artesanos, publicado por la editorial Vinatea y obra de José Luis Bonet, profesor jubilado del centro, y Sofía Vivancos, bibliotecaria y responsable del archivo y la colección museográfica del colegio.

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