Considerado como el felino más amenazado del mundo, el lince ibérico ( Lynx pardinus) se ha vuelto a ver por primera vez en la Comunitat Valenciana desde que a finales de los años cincuenta un ejemplar fue abatido en Els Ports.

Una cámara de seguridad de un polígono industrial de Villena captó hace unos tres meses la imagen de un ejemplar joven y desnutrido que, al parecer, podría estar buscando un nuevo territorio. Los zoólogos de la Conselleria de Agricultura, Medio Ambiente, Cambio Climático y Desarrollo Rural creen que se trataría de un «joven explorador, que igual que ha llegado podría irse», según afirma el director general de Medio Natural, Antoni Marzo, aunque no se descarta que pudiera permanecer por la zona, limítrofe con la provincia de Albacete (una de las áreas de reintroducción).

Un vídeo de À Punt (de Pablo Javier Martínez Villaescusa) en el que se aprecia un ejemplar confirmaría la presencia de esta especie en peligro de extinción, cuya población ronda los 600 individuos en libertad -según los últimos datos- tras bordear y esquivar su desaparición a principios del siglo, cuando el censo descendió peligrosamente hasta los cien.

«Hay muchísimos datos antiguos y relatos de su presencia, pero esta es la primera prueba definitiva que tenemos», asevera el jefe de Servicio de Vida Silvestre de la conselleria, Juan Jiménez.

Los proyectos de recuperación y conservación de la especie han permitido que el lince haya pasado de la catalogación de «en peligro crítico de extinción», en la lista roja que elabora la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, a la condición de «en peligro».

En la Comunitat Valenciana, la Universidad CEU Cardenal Herrera y la Federación de Escuelas Agrarias pusieron en marcha hace tres años un proyecto de recuperación de este felino con el objetivo de localizar áreas que cumplan los requisitos establecidos por el programa europeo Iberlince de reintroducción de la especie en la Península Ibérica. Esta iniciativa de la Comisión Europea, que arrancó en 2011, se propuso y ya ha logrado recuperar la distribución histórica de la especie, con poblaciones en Castilla-La Mancha, Extremadura y Portugal, además de Andalucía.