La presidenta del PPCV, Isabel Bonig, y el líder nacional del partido, Pablo Casado, han exhibido estas fallas una buena sintonía personal. La relación entre ambos, aseguran diferentes fuentes, es fluida, lo cual no significa que, como era su deseo, la candidata a presidir la Generalitat tenga manos libres para confeccionar la lista autonómica.
De hecho, Génova, como está haciendo en toda España, quiere controlar cada uno de los nombres propuestos para ocupar escaño en el parlamento valenciano, por lo que la lista de Bonig que, según algunas fuentes ya está cerrada y presentada ante Madrid, sufrirá cambios.
Este tira y afloja sobre los nombres entre la dirección regional y nacional es el motivo por el cual los populares han renunciado a la carrera de ser los primeros en presentar las listas ante la Junta electoral. Fuentes del partido indicaban ayer que iban a tomarse su tiempo y que se apurarían los plazos. «Tranquilidad», era el mensaje, aunque en realidad la tensión y los nervios están marcando la realidad del partido.
Aunque desde el partido se resta importancia a no ser los primeros en registrar las listas, lo cierto es que el retraso supone un punto de inflexión en la tradición del partido. La coincidencia de las elecciones generales y autonómicas ha traído como consecuencia que la negociación de las listas (Congreso, Corts y Senado) estén muy relacionadas entre sí.
Fuentes conocedoras de las negociaciones hablan de un complicado «encaje de bolillos» ya que Casado, como ha hecho en otras comunidades, quiere situar a sus afines en puestos de salida. Ese propósito ya quedó claro hace unos días con la elección de los cabezas de lista al Congreso tendrá su continuación en las Corts.
Algunas fuentes cercanas a la dirección nacional hablan incluso de que Casado quiere controlar al menos el 50 % de la lista de las Corts. De ser así, los planes de la dirección regional de tener manos libres en la lista de las Corts a cambio de no pelear en exceso los nombres para el Congreso habrían fracasado.
Existe un dato revelador: Génova ha situado a una persona de su confianza (José Morgan) como representante electoral (la persona encargada de registrar las listas), lo que reduce el margen de maniobra de Bonig, que ni si quiera controla los tiempos.
Acabe apuntar que aunque formalmente la lista autonómica debe proponerla el comité electoral regional, es Génova quien la ratifica, por lo que Bonig está en manos de Génova.
La presidenta del PPCV tiene en su cabeza situar en las Corts a personas de su confianza y premiar a aquellas que han destacado por su labor de oposición en tiempos difíciles. Sin embargo, todo apunta a que tendrá que hacer huecos para los compromisos del jefe.
Además, ha dejado claro que no quiere que la alcaldable Maria José Català vaya en la lista al entender que viola el criterio de no acumular cargos. Génova, por su parte, no comparte la máxima de Bonig de evitar dobletes y podría atender la petición de Català. Además, en su ánimo está recompensar a quienes desde el principio apoyaron a Casado en las primarias.
Tras conocerse los cabezas de lista al Congreso, lo más próximo en resolver es la candidatura al Senado. Lo único que parece seguro es que Pedro Agramunt no repetirá como cabeza de lista.
Génova, según algunas fuentes, podría ofrecer su plaza a Luis Santamaría o a Vicente Betoret, si bien ambos pelean por ir al Congreso ya que incluso el número uno de la Cámara Alta se ve en algunos ámbitos como puesto de sufridor. Las senadoras Susana Camarero y Marta Torrado también pelean por seguir en la Cámara Alta.
El problema en lo que se refiere a la lista al Congreso por Valencia es que sólo tres plazas están garantizadas. Bonig quiere que Rubén Moreno y Elena Bastidas acompañen a Belén Hoyo, pero Génova tiene el compromiso con Betoret, Santamaría y Oscar Gamazo. De hecho, según algunas fuentes la lista con Moreno y Bastida, que estaba prácticamente cerrada, ha saltado por los aires.
