Justo el día que la ultraderecha de Vox va a registrar sus candidaturas para las próximas elecciones autonómicas y generales se ha conocido la gravísima crisis interna a la que se enfrenta la formación en la provincia de Alicante.

La salida de la presidencia de Ana María Cerdán -una supuesta dimisión por motivos personales que esconde, sin embargo, un intento de aplastar voces discordantes con la disolución por parte de Madrid de toda la dirección- destapa una intensa lucha por el control de la organización ahora que los ultras se presentna a unos comicios con la posibilidad de hacerse con una buena porción de cargos y sueldos públicos tanto en València como en Madrid.

El anuncio de su relevo como presidenta provincial lo comunicó la propia Ana María Cerdán el pasado sábado 23 de marzo durante el transcurso de una jornada de formación con los coordinadores de la provincia en la localidad de Torrevieja para tratar los asuntos referentes a los próximos comicios.

El detonante de la crisis interna se produce a raíz de la determinación de disolver la agrupación de Benidorm, una resolución que se tomó sin votación del comité ejecutivo, tal como establecen los estatutos del partido de Santiago Abascal.

Fuentes oficiales de Vox aseguraron que la renuncia había sido voluntaria. Otras fuentes de la organización, sin embargo, recalcan la importancia del conflicto en Benidorm y aseguran, además, que hay una numerosa cantidad de quejas provenientes de otras localidades, especialmente, de la Vega Baja.

La resolución de la crisis en Benidorm, aunque sin votación ni reunión, ha generado una fuerte división. La secretaria provincial, Carmen Gomis, y el vicepreisdente, José Fresneda, estaban en contra mientras que los tres vocales de la ejecutiva -Ana Vega, Miguel Pascual y Juan Francisco García- se posicionaron a favor.

Precisamente, tras la disolución de la ejecutiva provincial, la dirección nacional de Vox ha entregado el poder a los tres vocales que secundaron la decisión de impulsar la disolución de la agrupación local de Benidorm junto a otras dos personas nuevas controladas por la cúpula. Una destitución encubierta de dimisión para acallar a los disidentes.

La jurista Ana Vega, persona de confianza de Javier Ortega Smith, toma el mando. Es la nueva presidenta y además será la cabeza de lista a las Cortes Valencianas por Alicante. El vicepresidente será David García, el cargo de secretario-tesorero lo ocupará Miguel Pascual. Y finalmente las vocalías serán para Andrés Íñigo Martínez y Juan Francisco García.

Durante los últimos días, efectivamente, se habían borrado de la web, los nombres de los miembros del comité ejecutivo alicantino.