Es mucho más que practicar deporte al aire libre. Juntas es mejor es unión, es ayuda, es empoderamiento, es diversión, es salud y es compromiso. Gracias a las redes sociales cada día llegan a más gente. A personas -mujeres principalmente, pero también hombres y menores que acuden en familia- que quieren hacer deporte pero no saben bien por dónde empezar. Que quieren cuidar su cuerpo sin la presión de la competición, de las marcas, del cronómetro. Que quieren entrenar sin saber bien como hacerlo. Que quieren cuidar sus cuerpos sin precuparse por como les quedan las mallas. Que quieren evitar miradas indiscretas. Que quieren olvidar sus problemas por un momento y alejar el estrés para cuidar, también, la mente. Todo eso significa Juntas es mejor y por esa esencia diferente donde prima la compañía y no la competición, el proyecto recibirá el próximo 8 de abril el Premio Levante-EMV Prensa Ibérica en la modalidad de Redes Sociales. Porque Juntas es mejor suma cada día nuevas usuarias que asumen y consiguen retos deportivos mientras disfrutan. Cada una a su ritmo, con ayuda de las demás. Acompañadas, empoderadas y unidas.

Juntas es mejor forma parte de una cadena de favores. Así que las asistentes a los entrenamientos saben que, antes o después, deberán ayudar a alguien en esa cadena imparable de altruismo y solidaridad. Las responsables del proyecto son dos mujeres de bandera. Se llaman Patricia López Falcó y Paula Lorente Rius, y aunque muy diferentes, tienen vidas paralelas. Se conocieron hace 20 años en las pruebas de acceso a la facultad. Y allí, en los vestuarios de la piscina, con el gorro puesto -«que eso une mucho»- surgió una amistad que aún dura. Las dos son licenciadas en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte, las dos son profesoras en la Universitat de València y las dos pusiseron en marcha un proyecto tras un viaje de locura por Alemania. Así lo explican las protagonistas de una iniciativa que cada día va a más.

«En el verano de 2015 hicimos un viaje por Alemania, por la Selva Negra, que consistía en recorrer 6 ciudades en 7 días con nuestras bicis con alforjas. El primer día pinchamos 5 veces con la bici y no nos ayudaba nadie. Y entonces apareció una persona, nosotras lo llamamos nuestro 'ángel alemán', que nos invitó a comer, que nos llevó la bici a cuestas... Y cuando ya pensábamos que lo quería era ligar, nos explicó que aquello formaba parte de una cadena de favores, que a él le había pasado algo parecido una vez y que si no hubiera tenido la ayuda de otra persona habría pasado la noche en la montaña. Al vernos a nosotras vio la oportunidad de continuar con la cadena. Y cuando regresamos a España pensamos que algo grandioso debíamos hacer. Nuestra vida está vinculada al deporte y pensamos en continuar la cadena con retos deportivos. Así, nosotras ayudamos ahora a cumplir retos deportivos pero esas mismas personas tendrán que ayudar a otras a cumplir los suyos. Aunque sea acompañar a la abuela a dar un paseo o subir cinco pisos con la bolsa de la compra de la vecina», explican.

De veinte a cien

Así comenzó un Juntas esmejor centrado, en un primer momento en un blog donde colgar artículos relacionados con el deporte, la igualdad y la salud. Tres meses más tarde se concretó una primera quedada para entrenar. Asistieron unas veinte personas. Hoy se celebran quedadas de cien.

La unión hace la fuerza y da seguridad, pero el miedo a entrenar en solitario nada tiene que ver ni con la filosofía ni con la consolidación del proyecto. Cierto es que el día que Laura Luelmo murió asesinada cuando salió de su casa en Huelva dispuesta a hacer deporte, Juntas es mejor decidió dedicarle el entrenamiento. La noticia del asesinato de la joven coincidía con la quedada del mes. Y ese llamamiento tuvo repercusión mediática.

Aunque el miedo nada tiene que ver con esta iniciativa, Patricia López y Paula Llorente reconocen la falta de «itinerarios iluminados y espacios seguros para practicar deporte. En los municipios debería haber circuitos saludables con itineraros controlados e iluminados. Nosotras entrenamos mucho en el río y en el cinturón verde de Aldaia, pero son 500 metros. Como quieras correr 8 kilómetros te quedas sola y a oscuras. Hemos vivido alguna que otra experiencia desagradable. Juntas y por separado, pero eso nunca nos ha parado. Entrenamos juntas por muchos motivos, pero en ninguno de ellos está el miedo. Creemos en todo lo demás. El deporte te hace más valiente. Te empodera», afirma Paula Lorente.

Juntas es mejor convierte el entrenamiento en pura diversión, Las agujetas llegan igual, pero con risas se llevan de otra manera. Las dos entrenadoras preparan las sesiones con esmero, adaptando el entrenamiento a las condiciones físicas de cada una. «Porque todas empezamos de cero, pero no es lo mismo mi cero que el tuyo», recalcan. No hay características concretas para formar parte del proyecto. Ni edad, ni sexo ni preparación física. «¿Cuantas veces hemos oído eso de 'uyyy, yo no corro desde que me obligaban en el instituto, en clase de gimansia' y se han convertido en deportistas con mayúsculas. Si vienes con la mejor de tus sonrisas, con actitud y compromiso... el resto sale solo», explica Patricia López.

Con una mochila de miedos

No hay un perfil concreto de usuarias de Juntas es mejor pero reconocen que algunas de ellas acuden con una mochila llena de miedos e inseguridades. «Las mujeres que vienen tienen sus problemas, como todo el mundo. Pero superan sus miedos, y lo hacen cuidando su salud y divirtiéndose. Se ayudan entre ellas. Cuando viene una nueva al grupo se siente arropada porque sus compañeras ya han pasado por eso y la ayudan. Las usuarias se sienten importantes al formar parte de esa cadena. Unas tiran de otras, se ayudan, se animan. Las endorfinas no fallan. La que prueba una quedada... repite», aseguran.

Juntas es mejor es algo más que hacer deporte en grupo. «Ayudando a las demás te ayudas a ti misma. Igual le ayudas a hacer sentadillas... o a que llegue a la boya y volver... Pero realmente la estás ayudando a mucho más. A saber que puede conseguir lo que se proponga, a esforzarse por un reto y a conseguirlo. Los valores con los que impregnes tu vida hacen mejor el mundo. Si te quieres y te cuidas... cuidarás y querrás a los demás», añaden. Y sonríen. Estas dos mujeres sonríen todo el rato.

Y recuerdan casos concretos, que les erizan la piel. A las dos. «Como esa mujer que tenía células cancerígenesas y le dijeron que no se podía quedar embarzada, y al poco de venir a las quedadas dejó su trabajo, le cambió la vida, se empoderó... Y se quedó embarazada. Las células habían desaparecido. No tenemos explicación a eso, pero fue así; u otra chica, a la que alguien le dijo que no podía aprender a ir en bici y ahora es triatleta; o casos de separación o maltrato, con mujeres que llegan tímidas, grises... y luego se vuelven de colores», añaden.

Juntas es mejor es psicología pura. Pero ni Patricia ni Paula saben bien si lo que ellas consiguen tiene un nombre. «Sale solo, de verdad. Sale de las usuarias», explican. Hace dos meses que llegó la parte empresarial del proyecto, con charlas, jornadas, y entrenamientos individualizados y on-line. Pero eso es otro cantar. No fue el dinero lo que movió un proyecto que habla de salud integral y nació de una cadena de favores.