La estancia en València del presidente andaluz, Juanma Moreno Bonilla, durante este fin de semana, ha sido un revulsivo para los populares, que ven en la conquista del presidente de la Junta un ejemplo de lo que deben hacer en la C. Valenciana: volver a las instituciones. Por ello, Bonig quiere «abrir las puertas a la democracia» como ha hecho Moreno Bonilla en la Junta. «Gracias, president, por adelantar las elecciones. El cambio, cuanto antes, mejor», dijo.

Es el segundo mitin que los populares valencianos celebran en una semana. El primero estuvo avalado por la visita de José María Aznar. Una agenda que los populares marcan a golpe de visitas, y la de Moreno Bonilla ayer sirvió, por un lado, para dar un empuje de ilusión a los votantes y, por otro, desvelar una de sus medidas estrella. Llevará a cabo una «revolución fiscal» en los primeros seis meses en el Palau.

Moreno Bonilla, como Aznar, aludió a la figura de Rita Barberá y predijo el futuro político de la C. Valenciana. Hay un «paralelismo» entre las carreras de Ximo Puig y Susana Díaz. La primera de ellas, explicó, haberse dado «una leche» en las primarias. La segunda, clave en el discurso socialista, haber reivindicado una mejora en la financiación autonómica «solo» con el gobierno de Mariano Rajoy, pero «enmudecieron» cuando Pedro Sánchez se puso en los mandos de Moncloa. Por último, tanto la expresidenta Díaz como Puig, «adelantaron las elecciones por intereses personales y por las siglas». Por todo ello, Moreno Bonilla aseguró que su final también irá en paralelo: «En la oposición».

Alrededor de 800 simpatizantes se congregaron en un local de València, el mismo que Vox utilizó en el primer y único acto en octubre. Bonig irrumpió en el escenario, entre un mar de banderas de España y de la C. Valenciana. En el público, la cúpula del PPCV: Esteban González Pons, Eva Ortiz, Maria José Català, Fernando de Rosa y José Císcar. Entre aplausos, anunció que reducirá el impuesto de transmisiones, que ahora se sitúa en el 10 %, para facilitar la compra de una vivienda. Para hogares con un valor por debajo de los 200.000 euros, el impuesto será del 6 %; entre 200.000 y 1 millón, se aplicará un 8 % y por encima del millón, se mantendrá en un 10 %.

Los socialistas salieron al paso ayer al recordar que fue el Consell de Alberto Fabra, con Bonig de consellera, quién elevó el impuesto hasta el 10 % en 2013, cuando la Generalitat estaba en números rojos.

A la reducción impositiva, como ya anunció en el debate de política general, el PP suprimirá el impuesto de sucesiones y donaciones, siguiendo el modelo andaluz. «Se trata de no pagar dos veces por el trabajo de toda una vida» defendió Bonig.

Insistió, además, que también eliminará el de Patrimonio «para ser un polo de inversión, como Andalucía». Sin embargo, este impuesto solo lo pagan 21.500 valencianos que tienen un patrimonio superior a 600.000 euros sin contabilizar la vivienda habitual.

Bonig también se comprometió a bajar el Impuesto de la Renta hasta el 7 % a todos aquellos que cobren menos de 35.000 euros al año.