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«Puig y Oltra han establecido una dictadura ideológica en la Comunitat Valenciana»

«Puig y Oltra han establecido una dictadura ideológica en la Comunitat Valenciana»

En el trayecto hacia las urnas, César Sánchez (Cáceres, 1978) sigue firme en su crítica al Gobierno del Botànic, al que acusa de llevar a la Comunidad a una situación similar a la de Cataluña hace unos años. Y lo hace con duras acusaciones y un lenguaje alejado de lo «políticamente correcto»

Tras las elecciones generales se estrenará como diputado nacional y, además, aspira a reeditar el cargo de presidente de la Diputación. ¿No es abarcar mucho?

Sé que se ha hablado mucho sobre qué voy a ser, y es después de las elecciones cuando se debe decidir qué necesita el partido de mí y dónde cree que puedo servir mejor a mi provincia. Siempre he deseado y deseo repetir al frente de la Diputación cuatro años más. Es más, si Pepe Císcar decidiese no optar a la presidencia provincial del partido en el próximo congreso, tengo la ilusión de presidir el partido. Ahora me han pedido que sea el «número uno» al Congreso, que trabaje duro para sacar el mejor resultado para que Pablo Casado sea el presidente del Gobierno y podamos devolver la estabilidad al país.

La presidenta regional del PP, Isabel Bonig, ha asegurado que esa duplicidad incumple los estatutos de su partido, por lo que tendría que renunciar a un cargo. ¿Se siente cuestionado?

Estamos ante unas elecciones generales, no me preocupa lo que pueda ocurrir el día después.

¿Le molestan esas palabras?

Isabel [Bonig] contesta preguntas. El día después de las elecciones seré lo que mi partido quiera.

Para aspirar a la Diputación debe formar parte de una lista municipal. ¿Irá por Alicante?

Aún no se ha tomado esa decisión, se hará en las próximas fechas

Si le dieran a elegir, ¿qué preferiría: su pueblo o la capital?

Ambas opciones tienen mucho de positivo y nada negativo.

Si fuera por Alicante, ¿su ausencia en el día a día municipal podría lastrar a Luis Barcala si sigue al frente del Ayuntamiento?

Barcala va a ser el alcalde, el candidato con más votos del centro-derecha. Estoy convencido de que su equipo estará preparado para afrontar retos de los próximos cuatros años. En sólo ocho meses, ha devuelto la tranquilidad a un Ayuntamiento que había tenido unos años de mucha inestabilidad.

En su currículum ya figura el cargo de alcalde, de diputado autonómico, de presidente de la Diputación, de miembro de la Ejecutiva Nacional del PP... Ahora sumará el de diputado nacional. ¿Qué más ambiciona? Habla de presidir el partido en Alicante... Y a nivel regional, ¿se lo plantea?

Tengo ilusión por ser el presidente del PP por la provincia de Alicante, con eso tengo suficiente.

El liderazgo regional, entonces, ¿lo deja para un futuro?

No contemplo, en estos momentos, ningún salto a otro lugar.

¿Cómo vivió la polémica de última hora con la lista autonómica y los movimientos para excluir a Elisa Díaz, afín a la dirección regional? ¿Se evidenciaron los dos bandos que existen hoy en el PP?

No hubo dos bandos, no hubo ninguna lucha. Cuando se van a presentar unas listas, hay tensiones, en el PP y en todos los partidos.

Hablando del mandato que acaba en la Diputación... Han sido cuatro años marcados por la confrontación con el Consell. ¿Era necesaria esa postura beligerante de forma tan continuada?

Hemos tenido que hacer de la necesidad, virtud, haciendo frente al nacionalismo del Gobierno del Botánico que afectaba a la provincia. Eso nos ha hecho hacer cosas que no suele hacer una diputación, pero que por desgracia era necesario para defender el interés general, para defender la marca Costa Blanca, rechazar el requisito lingüístico, la comarcalización, para decir «no» a la agencia tributaria y también a sacar el castellano de las aulas?

¿No habría hecho falta más diálogo entre administraciones?

Estoy totalmente de acuerdo. Por eso he denunciado que el Gobierno valenciano ha puesto en marcha decretos y leyes sin hablar con los afectados. Nosotros hemos recibido a Mónica Oltra en la Diputación y no hemos tenido la ocasión de recibir a Ximo Puig, que nos ha abandonado institucionalmente. El Gobierno valenciano ha sido un gobierno de pensamiento único, de imposición, han establecido una dictadura ideológica que no es lo más saludable en pleno siglo XXI.

Un punto de confrontación ha sido el plurilingüismo. Usted que vive en Calp, un municipio donde el valenciano está normalizado, ¿cree en serio que el castellano está en peligro en la provincia?

Considero que la lengua está siendo utilizada por el Gobierno valenciano como un elemento de confrontación para intentar alejarnos de España. Que en 200 centros de infantil sólo se enseñe en valenciano no es saludable, hay dos lenguas y deben convivir. El requisito lingüístico genera ciudadanos de primera y de segunda categoría. El valenciano debe ser un mérito y no un requisito excluyente. Lo que se intentó con el decreto de plurilingüismo, apartando el castellano vía coacción de las aulas, fue una acción para hacer un genocidio a la cultura castellana y española en la Comunidad. Hay que llamar a las cosas por su nombre. Ahora, en el Gobierno valenciano está Ximo Puig que es condescendiente y que además simpatiza con las tesis separatistas y nacionalistas, junto a Mónica Oltra y Marzà, que son declarados nacionalistas, que están poniendo en marcha mecanismos que están en una hoja de ruta que décadas atrás se puso en marcha en Cataluña. Yo no quiero para la Comunidad Valenciana lo que Cataluña está viviendo ahora mismo. No quiero que seamos la provincia pequeña de los Països Catalans o, incluso, no quiero que Cataluña sea la capital de mi tierra. Yo quiero que València siga siendo la capital de mi tierra, con su historia, su lengua...

Acusa al presidente Ximo Puig de separatista y...

No digo que Puig sea un separatista, sino que ha simpatizado esta legislatura y ha sido condescendiente con las tesis separatistas y nacionalistas de Compromís. Y eso es una enorme irresponsabilidad.

Vale. No es separatista, «sólo» acusa al presidente de la Generalitat de «simpatizar» con ellos. Habla de genocidio... ¿No están echando mucha leña al fuego?

Denunciar la provocación no es una provocación.

¿Y considera necesario emplear ese lenguaje casi bélico?

Los políticos tenemos que empezar a hablar claro. A veces somos tan políticamente correctos que la gente no percibe lo que está ocurriendo. Y lo que pasa en la Comunidad Valenciana es muy grave. Marzà es un nacionalista que está iniciando un camino muy peligroso, nos puede llevar a mucha crispación y división. Eso lo podemos decir con palabras más suaves o aguerridas, pero es así de claro.

El PP y Cs coinciden en que la Comunidad, por culpa del Botànic, está como Cataluña hace años. ¿Admite que con la llegada de la izquierda ya no se habla de corrupción en la Generalitat?

La justicia está funcionando, tiene sus tiempos, vivimos en un estado de derecho, que trabaja bien y en el que todos confiamos. Es un tema que ya no forma parte de la actualidad política, desgraciadamente en Andalucía sí forma parte de la actualidad, por ejemplo por los ERE. Es bueno que los políticos no hablemos de corrupción. Y si me lo permite, no voy a seguir hablando del tema porque no mejoro la salud de la vida pública hablando de casos de corrupción.

Si me lo permite, vamos a incidir, porque la corrupción ahora no afecta al gobierno valenciano, pero sí sigue formando parte de la actualidad política. En breve, otro juicio contra Rafael Blasco y está en marcha la investigación contra el expresidente Eduardo Zaplana. ¿Le sorprende lo que se está conociendo? ¿Le duele? ¿Se avergüenza? ¿Qué siente?

Si me lo permite, no voy a entrar en valorar lo que se está publicando en los medios de comunicación porque hay un proceso judicial abierto que hay que respetar. Yo también respeto la presunción de inocencia, y lo más importante es que [Zaplana] tiene una enfermedad muy grave. Está en su casa, cuidándose y tratándose.

Mirando al futuro, al día después de las elecciones... ¿Se ve cómodo gobernando con Vox?

Puede haber un gobierno con Cs y con Vox, pero al PP no se nos puede pedir que estemos de acuerdo con todo lo que proponen Cs y Vox. Un gobierno de coalición contempla no salirte siempre con la tuya, conlleva generosidad, apartar las cosas no compartidas con los socios. Estoy convencido de que habrá un gobierno presidido por Isabel Bonig, con el apoyo de Cs y de Vox. Lo que también puedo decir es que el PP no va a estar en algunos de los posicionamientos que defiende Vox, pero eso es compatible con un gobierno con ellos.

¿Por qué en Francia se ha hecho un cordón sanitario en torno a la extrema derecha y aquí no?

La realidad política en Francia y España no es la misma. Se puede llegar a acuerdos con Vox, pero no en temas como destruir la España de las autonomías, decir «no» a políticas de igualdad o que la gente pueda tener armas en su casa, porque esto no es EE UU. A lo mejor hay otros asuntos en los que nos podemos poner de acuerdo, se trata de dialogar y ver temas en común.

Usted asegura que la mayoría de los votantes de Vox podrían serlo del PP. ¿Son tan iguales?

He dicho tres temas que son importantes... y no coincidimos.

En esta precampaña, se ha hablado mucho de las armas en las casas por Vox... y ahora del aborto tras el «traspié» de Suárez Illana, segundo de Casado por Madrid. ¿Se siente cómodo?

El PP no va a hacer en esta campaña ninguna propuesta sobre el aborto hasta que no haya una sentencia del Tribunal Constitucional.

Hablando del otro posible socio de gobierno del PP: Ciudadanos ha anunciado que reducirá las consellerias si gobierna.

En este tema no voy a ser populista. Considero que las administraciones deben tener la dimensión necesaria para prestar el mejor servicio a los ciudadanos. Para proponer medidas de rebajar el número de consellerias antes hay que conocer las administraciones.

«Fue llegar Pedro Sánchez al Gobierno y a Puig se le olvidó reclamar la financiación»

¿Cuáles son, para usted, los retos de esta provincia para el próximo mandato?

El agua. El Júcar-Vinalopó debe tener un coste que los regantes puedan pagar, y no como amenaza ahora el Gobierno de España. El Tajo-Segura no sólo debemos mantenerlo, sino protegerlo. El agua es fundamental, sin agua no hay agricultura, ni turismo ni industria. Otro tema importantísimo es el tren de la costa, necesitamos mejorar nuestra conexión sobre todo con València. No es lógico tampoco que el quinto aeropuerto más importante de España no esté conectado por tren con las dos ciudades más importantes de la provincia. No es normal. Y el Corredor Mediterráneo es un instrumento para colocar en un tiempo récord y a un precio competitivo en el centro de Europa todo lo que somos capaces de producir.

Insistiendo con el agua. ¿Deberían hacer los partidos por sacarlo del debate político?

Lo hemos logrado en la Diputación de Alicante, con un pacto de todos los partidos políticos. Es un tema que no debería politizarse.

El ministro y cabeza de lista del PSOE al Congreso por Alicante, Pedro Duque, propuso recientemente pensar a más largo plazo y estudiar nuevas soluciones tecnológicas para el problema del agua, sobre todo a raíz del cambio climático. ¿Está de acuerdo?

Aprovecho la pregunta para invitar a Pedro Duque a un café para hablar de agua, del tren de la costa y de las necesidades que tiene la provincia. Desde el PP, creemos que el agua desalada es un complemento, y es necesaria, pero tenemos que dotar a los regantes de agua de calidad y a un precio competitivo.

Otro debate eterno es la mejora de la financiación autonómica. Acaba un mandato, que han compartido Rajoy y Sánchez, sin cambios. ¿Por qué hay que confiar en el PP?

Me resulta difícil olvidar una manifestación de Ximo Puig antes de que se produjera la moción de censura, reivindicando una financiación justa. Fue llegar Pedro Sánchez al gobierno y a Ximo Puig se le olvidó que había que reclamar la financiación. Hemos tenido ocho meses de apagón reivindicativo.

Sí, pero el modelo estaba caducado en los últimos tres años de gobierno de Rajoy. Así que Puig reivindicaría mucho, pero no se hizo nada desde el Ejecutivo central del PP...

Lo que está claro es que el PSPV utiliza las reivindicaciones para hacer política. Estoy seguro de que antes o después se va a hacer justicia. Esta tierra está mal financiada. El ultimo modelo que se aprobó fue del PSOE, en 2010, y discrimina a la Comunidad Valenciana.

Pero mejoraba el modelo de Aznar.

Es sorprendente cómo en 2010, con el voto de Ximo Puig, se aprobó un modelo que sigue perjudicando los intereses de la Comunidad.

Caducó en enero de 2015 y ahí sigue, sin cambios... y con Rajoy años en el gobierno.

Hace falta un gran pacto y que algunos partidos dejen de hacer demagogia y hablen claro. El modelo sólo será posible con generosidad y sólo será viable con un gobierno que mire a todos los rincones con igualdad.

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