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"La desigualdad la eliminará la implicación del padre en la crianza"

El Real Decreto Ley que entra hoy en vigor equipara el permiso de nacimiento entre progenitores y favorece la promoción de la mujer en el mercado laboral La nueva medida convence, pero con reservas

La vigente normativa sitúa a España a la vanguardia europea respecto a permisos parentales igualitarios. levante-emv

Justo, elogiador, amable y cuidador. Así son los cuatro modelos de paternidad que estableció Gullvåg Holter, sociólogo noruego y experto en desarrollo de masculinidades, en 1993. Catalogó como justos a aquellos padres que asumen responsabilidades en la crianza de sus hijos, aunque matizando que esta participación no les satisface. Los elogiadores, por el contrario, engrandecen el concepto de familia, pese a que su implicación bien podría resumirse en simple prosa. En el caso de los amables, estos padres ven en el núcleo familiar un medio para ampliar sus propias perspectivas y los cuidadores consideran a la familia un valor en sí mismo, una «fuente autónoma de autoimagen». Sea como fuere, el Real Decreto Ley que entra hoy en vigor repercute a todos ellos, ya que amplía de forma progresiva el permiso de paternidad de cinco a ocho semanas en 2019 hasta los cuatro meses en 2021.

Se trata de la última gran medida social del Ejecutivo de Pedro Sánchez antes de las elecciones, pero su convalidación por el Parlamento de la Diputación Permanente, tal y como establece la normativa tras la disolución de las Cortes, aunque inminente, todavía no se ha producido. Todas las informaciones apuntan a que el Real Decreto Ley de Igualdad de oportunidades para hombres y mujeres en el mercado laboral se someterá a debate y votación este jueves. Una tramitación por la vía de urgencia para la que los socialistas cuentan con apoyos cerrados, pero suficientes a priori. En el supuesto de que la nueva normativa no se convalidase, esta quedaría sistemáticamente derogada. «Durante los pocos días que esté en vigor, en caso de que se derogue, cualquier padre cuyo bebé nazca en este reducido margen de tiempo podrá ejercitar el permiso por la extensión de ocho semanas», explica Santiago García, profesor de Derecho Laboral en la Universitat Jaume I.

En cualquier caso, tal y como especifica la nomenclatura del nuevo texto, este amplía en 11 semanas el permiso de paternidad, pero no son ellos las únicas personas objeto de la regulación. Ellas, las madres, verán reforzada su presencia en el mercado laboral según las premisas del decreto, un aspecto que Amalia Alba, presidenta de la Federació de Dones Progressistes, tilda de «necesario». «Tenemos que conseguir que ser madre no se penalice», explica, «la nueva legislación ayudará a que la mujer pueda incorporarse al mundo laboral en igualdad de condiciones, posibilitando la reducción de la brecha salarial, recuperando el talento perdido y creando una sociedad donde la pobreza no tenga rostro de mujer». Y es que, el decreto también establece una serie de reformas en el Estatuto de los Trabajadores cuya finalidad es la transparencia salarial. De este modo, en el nuevo plan de igualdad las empresas con un mínimo de 50 trabajadores están obligadas a realizar una auditoría salarial y a elaborar un registro, extensible a todas las empresas, de los salarios segregados por sexo, categoría, grupo profesional y puesto de trabajo.

Progreso «insuficiente»

Son muchos los factores psicológicos y sociales que contribuyen a dilucidar la ínfima participación de los hombres en el desarrollo de la vida familiar, cuyo punto de partida es el uso desigual de los permisos por parte de madres y padres. Y es que, de las 189.022 prestaciones concedidas el pasado año por maternidad, solo 3.606 fueron cedidas a padres, lo que supone un 1,9 % del valor general. Es decir, actualmente menos del 2 % de los hombres residentes en España solicita la baja paternal. Una estadística de la que la Comunitat Valenciana parece diferenciarse, ya que es el cuarto territorio autonómico que registró mayor número de permisos de paternidad en el país durante 2018.

«Los padres, cumpliendo con el papel asignado por el modelo patriarcal, no han tenido necesidad de ocuparse de la crianza, por lo que su implicación es totalmente marginal hasta ahora», argumenta Amalia Alba. Es el caso del músico valenciano Jordi Sapena. Su pareja y él decidieron formar una familia meses antes de que el nuevo decreto fuese aprobado en Consejo de Ministros el pasado 1 de marzo. En aquel momento decidieron que ella se acogería a las 16 semanas de permiso, a las que se añadirían los 15 días correspondientes a la lactancia más cuatro semanas de vacaciones. De este modo, al término del largo periplo, el pequeño Joan tendría seis meses. Por su parte, Jordi solo podrá disfrutar de cinco semanas de permiso ya que su hijo nació hace pocos días. Es por ello que considera que «la baja debería ser acorde al tiempo de desarrollo del bebé y este va más allá de 16 semanas».

Pese a que reconoce que la recién estrenada normativa afecta «positivamente» en cuanto a conciliación se refiere, pues «permite que los padres podamos vivir un poco mejor la experiencia única de conocer y criar a nuestros hijos en sus primeros meses de vida», considera que «todavía falta mucho camino por recorrer». Un pensamiento que también comparte el arquitecto Roberto Heredia, quien previsiblemente sí podrá disfrutar de las ochos semanas estipuladas en la nueva normativa, pues el nacimiento de su hijo Pablo está previsto para la tercera semana de este mes.

Admite que el Real Decreto Ley «es una medida para afianzar votos, pero sí contribuye a la igualdad en temas laborales y familiares». No obstante, su postura es firme respecto al estigma de la mujer como responsable de la crianza: «No creo que el plan lo elimine, dependerá de la implicación del padre en la crianza».

Crianza corresponsable

Un paso «insuficiente», pero «positivo», según la presidenta de la Federació de Dones Progressistes, que «ayuda a cuestionar una realidad que no tiene otro fundamento que la imposición del modelo patriarcal y atribuye a los hombres el espacio público, como si fueran incompetentes para el cuidado». «Las mujeres y los hombres tienen la misma responsabilidad en la crianza y nada, dentro de un orden natural, impide que así sea», reivindica. Hace referencia a una estructura social que inhabilita a los hombres como cuidadores y de la que asegura que «seguramente» cuestionará a los padres que decidan criar a sus hijos. De hecho, una de las interpretaciones de Holter es que los hombres no encuentran cabida para sí mismos en este territorio tan estereotipado, en el que muchos esgrimen la pereza como alternativa a la supuesta opresión, pues «es mejor ser perezoso que estar oprimido».

Ante el estigma, Santiago García asegura que es necesario un cambio cultural, económico, jurídico, político y ético. Respecto al jurídico, el profesor asegura que la aprobación del Real Decreto Ley de Igualdad «contribuye a que los derechos de conciliación se ejerzan de manera corresponsable», aunque admite que esta medida debe verse respaldada por un cambio en todas las esferas anteriormente citadas. Según su criterio, el permiso ofrece una «primera solución», ya que «esta nueva normativa no va a suponer por sí misma una igualdad en la crianza, pero sí ayuda». Y es que, el nuevo texto suprime la antigua noción de maternidad y paternidad al generar un permiso por nacimiento. De este modo, iguala un régimen jurídico que no era idéntico para hombres y mujeres.

No obstante, pese a que esta normativa sitúa a España en el ranking de los países con permisos parentales más igualitarios del mundo, distintas asociaciones como la Plataforma por Permisos Iguales e Intransferibles de Nacimiento y Adopción (PPiiNa) reconocen el avance que el decreto supone, pero denuncian «trampas» en el mismo, siendo la obligatoriedad de disfrutar del permiso de forma simultánea por parte de ambos progenitores durante las seis primeras semanas uno de los ejemplos más destacados. Alertan del «alto riesgo» que esto podría suponer, pues en su opinión consolidaría los «roles de madre cuidadora principal y de padre ayudante» y dificultaría el establecimiento de la corresponsabilidad como norma social. Una perspectiva que García tilda de simple «hipótesis» e invita a dejar que la medida «eche a andar» antes de establecer conclusiones «drásticas».

Referentes europeos

Los países del norte de Europa como Islandia, Suecia o Noruega se han convertido en todo un referente respecto a la inclusión en la agenda política de medidas efectivas de igualdad.

En el caso sueco, desde el año 1994 los padres disfrutan de un permiso de paternidad inicialmente intransferible, aunque transferible en la actualidad, que se prolonga 480 días. Su vecina Noruega también tiene regulados de forma equitativa los permisos ante un nacimiento, el cual aumenta en función del número de hijos. Por lo que respecta a Islandia, desde el año 2012 los padres pueden ejercer cinco meses intransferibles de permiso, a los que se añaden dos más que sí pueden transferirse entre progenitores. En el caso de Eslovaquia, la normativa no contempla exclusivamente al padre, sino a cualquier persona autorizada para el cuidado del recién nacido previa autorización de la madre. Y es que, como afirma Amalia Alba, «avanzar en igualdad puede hacernos más felices y más responsables».

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