Eresa Ascires se ha comprometido este martes a realizar "un esfuerzo" para bajar el precio por resonancia que factura a la administración pero ha señalado que "no es asumible" la rebaja que plantea la Conselleria de Sanidad porque los costes del nuevo concurso "no son comparables" con el anterior por el "cambio radical" de condiciones.

El director médico de Ascires, José Ferrer, acompañado de la directora de relaciones Corporativas, Pilar Domingo, han ofrecido este martes una rueda de prensa para explicar el cambio de modelo en la gestión de resonancias que supone el nuevo concurso 201 de 2018 tras el fin del contrato el pasado octubre con la UTE Erescanner tras diez años.

La UTE Erescanner se adjudicó en 2008 por concurso 638 la gestión del servicio de resonancia magnética en todos los hospitales de la Comunitat Valenciana, excepto el Peset de València y el San Juan de Alicante. Eresa era la responsable de las resonancias de los centros de Valencia y Castellón.

Sanidad, tras el fin del contrato el pasado 31 de octubre, sacó un nuevo concurso, el 201, para adjudicar cinco lotes de los que Ascires Eresa ganó los de departamentos de salud de Vinaròs, Valencia y Marina Baixa. A los otros dos no se presentó.

Activar ya el nuevo concurso

Al respecto, Ferrer ha destacado que Ascires ha invertido 22 millones en su red de clínicas, el 90% para tecnología, que atenderán a los pacientes derivados por Sanidad con el nuevo concurso. "Nosotros estamos preparados y ya no hay excusa para activarlo", ha recalcado.

Las resonancias realizadas por el concurso 638 representan el 20% del total del grupo Ascires. El pasado año el volumen atendido por Eresa ascendió a 250.000 exploraciones mientras que las resonancias estimadas a contratar en estos tres departamentos con el nuevo contrato son 54.059 según el pliego de condiciones.

No obstante, ha incidido en que "no se pueden comparar los costes porque la fórmula del servicios es completamente diferente" ya que se pasa de "un modelo de servicios en hospitales públicos con un coste estructural elevado asumido por Eresa" a "una nueva estructura basada en clínicas propias Ascires". "Con las condiciones del concurso 201 si no fuera por el arraigo que tenemos en la Comunitat Valenciana nos habríamos pensando presentarnos", ha señalado.

Así, ha señalado que si hasta ahora Eresa se integraba en cada hospital en el que realizaban las resonancias ahora los pacientes serán derivados a las clínicas. Además, pasa de controlar la gestión, planificación y ejecución de las peticiones públicas a solo la ejecución.

Asimismo, con el antiguo concurso se prestaba "un servicio integral" al paciente, con una citación ajustada a la tipología --urgencias, ingresados, preferentes, pacientes ambulatorios y pacientes control-- y era también responsable de gestionar las listas de espera.

Sin embargo, ha señalado con el nuevo modelo el servicio "se reduce a realizar las resonancias a los pacientes que entran de manera ambulatoria" y Eresa solo gestiona la citación de pacientes en lista de espera que le envía la Administración.

Al respecto, la directora de Procesos de Administrativos, Alicia Llácer, ha señalado que el objetivo es que cuando finalice el actual modelo toda la citación esté "asegurada" y "pruebas realizadas" y hasta ahora se realizan en un tiempo máximo de 30 días desde que entra la petición del médico. Llácer ha señalado que con el nuevo concurso Ascires "solo podrá responder de los pacientes derivados" y ha garantizado que también "se citarán en plazo".

Ferrer ha confiado en que Eresa "no contempla otro escenario" que la subrogación del personal por parte de la Conselleria de Sanidad tras el informe del CJC HOSPITAL GENERAL DE VALÈNCIA

Nuevo concurso tras la salida en el H. General

Por otra parte, ha confirmado que están estudiando las condiciones del concurso de refuerzo que ha sacado el Hospital General de València para absorber la lista de espera que no puedan atender con sus servicios propios para ver si se presentan.

Asimismo, Domingo ha afirmado que Sanidad ha sido "absolutamente injusta" con los siete trabajadores que se han quedado "en el limbo" al no ser subrogados tras desmontar la primera máquina de Eresa para ser sustituida por una donada por Amancio Ortega.

Al respecto, ha argumentado que la empresa no podía contratarlos para que no perdieran sus derechos. "Es absolutamente injusto e innecesario maltratar a una plantilla que se ha dejado la piel en el Hospital General", ha lamentado.

Ferrer ha señalado que en su momento se preguntó a los trabajadores si querían ser subrogados o contratados por la empresa y que mostraron "su vocación hospitalaria" aunque ha admitido que puede que puede que no preguntaran al cien por cien de la plantilla. Eresa calcula que en unos 120 días se procederá al desmontaje de la siguiente máquina.