De todos los fenómenos que produce la naturaleza a lo largo del año en nuestro planeta hay uno que se convierte, a partir de las próximas semanas, en uno de los más extraordinarios: la gran migración. Durante abril y mayo más de un millón de herbívoros realizarán un viaje desde el norte de Tanzania hasta el sur de Kenia. De esta forma da comienzo la mayor migración terrestre sobre la Tierra.

Siguiendo un ciclo natural basado en el clima de la zona, los mamíferos que habitan los parques nacionales del Serengueti y el cráter de Ngorongoro atraviesan los más de 3.000 kilómetros en busca de los pastos que ofrece la reserva de Masai Mara, pues en los primeros acaba la época de lluvias, convirtiendo la llanura infinita (denominada de tal forma por la tribu Masai) en una zona desértica sin apenas agua. Un viaje vital para su supervivencia, expuestos al peligro de cruzar los ríos Grumeti y Mara, en los que los depredadores esperan de forma instintiva la llegada de los nómadas que se ven obligados a cruzar de sur a norte para continuar el ciclo de la vida.

Observar la migración puede suponer un acontecimiento único y una experiencia fascinante en el mundo salvaje que cohabita con nosotros sobre la Tierra y que no entiende de límites o fronteras, pues cruzan de un país a otro guiados únicamente por su instinto. Todo ello bajo la mirada del monte Kilimanjaro, el volcán dormido que corona África con sus nieves eternas dominando la cumbre. Este fenómeno es la enésima muestra del paraíso natural que es el continente africano, pues no hay que olvidar que, además de estos emblemáticos parques hay otros grandes parajes, como Amboseli o el lago Nakuru. El primero posee el mayor número de elefantes salvajes del planeta. Y el segundo es el hábitat natural del flamenco rosa. Son otros ejemplos de la cantidad de vida que habita estas regiones y que comienza a despertar en pocos días. No hay mejor oportunidad que esta época del año para ser testigo del amanecer natural de África.