Tomar una bebida, recibir un masaje bajo el sol mientras se está en la playa o intentar atraer con el juego de la «patata», más conocido como el trile a cualquier turista. La arena de Benidorm y el paseo de primera línea es elegido por algunos para intentar sacar tajada de los miles de visitantes que cada año acuden a la ciudad. Son «trileros», «mojiteros» o masajistas que usan las zonas más turísticas como locales al aire libre para sus negocios ilícitos.
Sólo el pasado año, la Policía Local de Benidorm levantó cerca de 1.400 denuncias por estas cuestiones después de intensificarse la vigilancia y los controles en las calles de la ciudad. De ellas, 296 fueron por el trile además de 72 actas de incautación del material que usan para este juego ilícito. Sólo en el mes de agosto del pasado año, en 17 de las 33 intervenciones se consiguieron incautar 1.210 euros a estos trileros.
Aquellos que practican la venta no sedentaria, es decir, la que realizan los «mojiteros» o los que ofrecen masajes en la arena, recibieron 478 denuncias y se levantaron 381 actas de incautación. En esas más de 1.000 denuncias además están las de captación de clientes por prostitución o los que ofrecen excursiones en las calles o el reparto de publicidad (158 denuncias en 2018), según recoge la memoria anual de la Policía Local de Benidorm. A todas ellas se suman medio centenar más por consumir bebidas alcohólicas en la vía pública en 2018 en las que también se incautó lo que llevaban los denunciados por los agentes locales.
Todas ellas conllevan sanciones reguladas por las ordenanzas municipales. En el caso de la práctica de los «cuberos», se recogen multas de 1.200 euros en el casco urbano y de 300 euros si se hace en las playas donde ofrecen bebida en bandejas a todo aquel que toma el sol en la plaza. Un producto que podría ser perjudicial para la salud ya que los análisis realizados a estas bebidas así lo han corroborado.
La Policía Local sólo podía llegar hasta ahí porque en la mayoría de casos los que realizan estas prácticas se declaraban insolventes y volvían a la actividad a los pocos días. Sin embargo, desde el pasado verano, los agentes tienen una herramienta más. Como ya publicó este diario, en el mes de junio llegaron las primeras sentencias contra los «mojiteros»: por desobediencia a la autoridad.
Y es que Benidorm buscó la fórmula para poder llevar a los que realizan estas prácticas ante el juzgado. Así que desde ese momento se ha seguido con esta mecánica, según explicó el concejal de Seguridad Ciudadana, Lorenzo Martínez: la de denunciar a estas personas por un delito de desobediencia a la autoridad; es decir, por reincidir en el tiempo en la misma cuestión sancionable a pesar de las advertencias y las sanciones impuestas por los agentes. Pero también a trileros y otros que realizan prácticas no permitidas.
¿Y qué se ha conseguido con ello? Pues al parecer disuadir a algunos de los «cuberos» de su actividad. Estas cuestiones (que conllevan multas de hasta 700 euros y si reinciden podrían tener penas mayores) y el cerco policial para intervenir los elementos o mercancía que utilizan para elaborar sus bebidas o el juego de los trileros han servido para «disuadir» a algunos de estas prácticas y que, incluso, se trasladen fuera de Benidorm en algunos casos. Así, respecto a 2017, las denuncias sobre estos asuntos se han reducido, algo que desde la Concejalía explican que precisamente se debe a que aquellos que lo llevan a cabo se «empiezan a sentir acorralados» ya que, incluso, se les incautan los vehículos.
Con todo, los agentes no bajan la guardia. Con la llegada de la Semana Santa y, por tanto, el arranque de la temporada alta turística, se están preparando nuevas campañas para intensificar aún más la vigilancia de estas actividades ilícitas que crecen con el verano. «Vamos a seguir con los protocolos de actuación que se han ido desarrollando hasta ahora», alegó el edil del área.
