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El auge de los encuentros de sexo con drogas dispara los casos de enfermedades venéreas

Los especialistas alertan de que hasta la mitad de los nuevos contagiados por ITS han participado en 'chemsex'

Sexo sin protección entre varias personas unido al consumo de drogas. La práctica del llamado chemsex no hace más que aumentar, lo que está llevando aparejado un incremento de las enfermedades como la sífilis o la gonorrea. Así se ha puesto de manifiesto durante estos días en el XIX Congreso Nacional sobre Sida e Infecciones de Transmisión Sexual. «Nos estamos encontrando que la mitad de los diagnosticados por infecciones de transmisión sexual afirma haber tenido sexo bajo los efectos de las drogas, así que la relación es muy clara», explica Jorge del Romero, director del centro sanitario Sandoval, en Madrid, pionero en la atención a personas con este tipo de enfermedades.

La práctica del chemsex se da generalmente en sesiones de varias horas o días y con múltiples parejas. Las citas son en casas particulares o en determinados locales, como saunas. Los expertos coinciden en que las nuevas tecnologías también han tenido mucho que ver en su éxito, a través de aplicaciones de búsqueda de parejas y por una «globalización» a través de la red de determinadas prácticas sexuales.

El chemsex se asocia además al consumo de un tipo de drogas muy concretas, «que conllevan una menor percepción del riesgo que supone mantener sexo sin ningún tipo de protección», señala Mar Vera, médico también del centro sanitario Sandoval. En este sentido, hay tres sustancias de consumo principales, la mefedrona, la metanfetamina y el éxtasis líquido. Son drogas que además se toman de forma compulsiva, con un promedio de seis dosis durante un periodo de nueve horas. Estas drogas estimulan los sentidos, intensifican el placer y permiten largas sesiones de sexo. Además, disminuyen el juicio, reduciendo la probabilidad del uso del preservativo.

El menor uso del preservativo está además detrás de la preocupante tendencia de aumento de las ITS, que además afecta a chicos y chicas cada vez más jóvenes, como han puesto de manifiesto los expertos reunidos en Alicante. También se ha dado la alarma sobre el retraso con el que se detectan en muchas ocasiones estas enfermedades que son altamente contagiosas. «En un 28% de los casos el diagnóstico llega cuando la enfermedad ya está en una fase avanzada», explica Pep Coll, del Hospital Universitario Germans Tris i Pujol, de Badalona.

Más tiempo sin diagnóstico conlleva una mayor posibilidad de que el paciente contagie la enfermedad a otras personas. En el caso del VIH, «se ha comprobado que si la persona lleva el correspondiente tratamiento, no transmiten la enfermedad, ni a sus parejas ni a sus hijos», explica Del Romero. En el centro que dirige este especialista, tienen un programa orientado a parejas en las que uno de los miembros tiene VIH y desean tener hijos. «Tenemos a 1.400 parejas, de las que han nacido 240 niños sanos de gestaciones naturales».

En la mesa redonda en la que participaron Del Romero, Coll y Vera pusieron sobre la mesa algunas de las estrategias que se podrían aplicar para reducir el impacto de las enfermedades de transmisión sexual. En la que coinciden todos los expertos es en la necesidad de proteger a las niñas y también a los niños con la vacuna del virus del papiloma humano antes de que inicien las primeras relaciones sexuales.

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