El exvicealcalde de València, Alfonso Grau, acaba de negar haber recibido regalos de ningún contratista del Ayuntamiento de València. Más allá de «alguna botella de vino o alguna corbata». Y también rechaza absolutamente haber influido en las adjudicaciones del consistorio a las empresas del grupo Transvía. Grau se sienta en el banquillo desde hace una semana por los presuntos delitos de cohecho y blanqueo de capitales al haber recibido supuestamente dos relojes de Transvía y haberlos cambiado por otros dos relojes más caras, cuya diferencia pagó en metálico y cuyo origen no ha podido acreditar.

La tesis que defiende Alfonso Grau es que los relojes que devolvió se los regaló un familiar y el dinero que utilizó para pagar la diferencia por los relojes más caros se debía al dinero en efectivo que acumulaba en casa por la profesion de médico de él y de su primera mujer, ginecóloga de profesión. «Pagué en efectivo [ en la joyería] porque siempre hemos tenido dinero en efectivo en casa. Mi mujer y yo somos de la promoción del 66 y el plástico en aquella época no existía. El dinero de la consulta nos lo llevábamos a casa», ha explicado ante el tribunal de la sección segunda de la Audiencia de València que lo juzga desde el pasado 1 de abril hasta el próximo día 11.

El exvicealcalde ha explicado a preguntas de su defensa que recibió los dos relojes en cuestión de un familiar y que decidió cambiarlos porque no le gustaban. Y acudió él mismo a la relojería Rabat a cambiarlos. «Fuí personalmente a la joyería. Si hubiera tenido la más remota sospecha de que tenía que ocultar algo no habría ido yo. Era tan sencillo como ir antes y enviar a un amigo. Así no aparecería mi nombre y no estaría aquí», acaba de declarar. Grau también ha señalado que «en aquella época me gustaban los relojes y los devolví como devolví el 80% de las corbatas que me han regalado».

También ha añadido que aunque su sueldo ascendía a «120.000 o 130.000 euros, nunca he tenido cuenta en Rabat ni en ninguna otra joyería. Mi poder adquisitivo era bueno, pero no era para tanto». Aunque también ha defendido que «disponer de estas cantidades (en referencia a los 17.410 euros que abonó euro sobre euro enla joyería) en líquido no me parecía un despropósito».