A inicios de la década de los años 80, y pasados ya varios años desde el fin de la dictadura franquista, en la cual estaba prohibida la enseñanza de cualquier lengua que no fuera el castellano, se iniciaron las líneas en valenciano en los colegios de la Comunitat Valenciana. Casi al mismo tiempo empezaron a celebrarse, en los diferentes pueblos y comarcas de la región, «les Trobades d’Escoles en Valencià». Ahora, 30 años después, muchos de esos niños y niñas que crecieron perfeccionando en las aulas la que, en muchos casos, era la lengua materna, son ya padres y participan, junto a sus hijos, de la continuidad de estas «Trobades» que han seguido creciendo y que hoy son un elemento de vertebración, de fomento del valenciano y también de unión entre pueblos y colegios.

Ayer, tres localidades valencianas como Carlet, Xixona y Massamagrell, fueron testigos de este ambiente entre lúdico, festivo y reivindicativo que suele ser habitual en estas «Trobades». Una jornada donde los barcos de papiroflexia de Escola Valenciana sirvieron como símbolo del «de l'estima per la llengua», como destacaban desde la organización.

«Som i serem paraules»

De este modo, en Carlet se creó un «cau de riu humà» en el recorrido del pasacalle presidido por la pancarta «Som i serem paraules».

Alrededor de 150 talleres y paradas y 27.000 personas «navegaron» en una «Trobada» que «tiene la función de escenificar el apoyo de las comunidades de aprendizaje, los centros educativos y entidades a la enseñanza en valenciano y la dignificación del uso social de la lengua», manifestó el presidente de la Coordinadora de Centros de Enseñanza en Valenciano de la Ribera, Joan Cortés.

«Una fiesta por el valenciano pero también un hito que vertebra la comarca con la participación de los centros de todos los pueblos», agregaba.

Por su parte, la alcaldesa de Carlet, María Josep Ortega, llamaba al profesorado «a que llene los sueños de los niños y las niñas que después transforman en palabras, y las palabras son aprecio a la lengua», aseveraba.