La medicina defensiva lleva a cerca del 90 % de los médicos a hacer una batería de pruebas innecesarias por temor a una posible demanda y supone alrededor del 20 % del gasto sanitario total, lo que implica un riesgo para la sostenibilidad del sistema y agrava las listas de espera.

Así se ha puesto de manifiesto durante los Diálogos EFE Salud: Medicina Defensiva, un problema de salud pública, organizados por la Agencia Efe junto con la Asociación de Derecho Sanitario de la Comunitat Valenciana (ADSCV) y el Ateneo de València.

Esta medicina defensiva se define como aquella que practican los médicos cuando anteponen a la salud del paciente el temor a recibir una demanda por no practicar una prueba concreta, lo que, unido al gran abanico de pruebas disponible, hace que soliciten muchas más de las necesarias.

En el encuentro han participado el presidente de la ADSCV, Carlos Fornes; la directora general de Alta Inspección Sanitaria de la Generalitat, María Victoria Garrido; la presidenta del Colegio de Médicos de Alicante, María Isabel Moya; y el médico de urgencias hospitalarias en el Hospital Casa Salud e IMED Valencia, Agustín Navarro.

Según Fornes, «a nadie le han condenado por hacer una prueba de más, pero sí le pueden condenar por no hacer una prueba», aunque en EE UU sí se han dado casos ya de demandar a un médico por exceso.

Recuerda además que el 70 % de las reclamaciones judiciales que prosperan es por falta o defecto de información del médico al paciente.

Otras de las causas por las que los pacientes demandan al médico es por el retraso en el diagnóstico o en la aplicación del tratamiento o porque alguno de los dos, o ambos, son incorrectos.

Fornes, que señala que el 77 % de los médicos asegura tener pocos conocimientos médico-legales, reclama a los facultativos que dediquen «un poco de tiempo a formarse jurídicamente», lo que haría disminuir el número de reclamaciones. Esta medicina defensiva busca no errar en el diagnóstico y que esas reclamaciones patrimoniales se minimicen.