La activación del Fondo de Liquidez Autonómica (FLA), con una inyección de 700 millones de euros del Gobierno Central a la C. Valenciana, vuelve a dividir a los diferentes candidatos a presidir la Generalitat, tanto a los que forman el Pacte del Botànic como a los de la oposición. El FLA, que ya fue fruto de tensiones antes del anuncio de su activación, se convierte ahora en un nuevo foco de polémica.

El presidente, Ximo Puig (PSPV), celebra su activación, con unas semanas de adelanto respecto a años anteriores, mientras su principal apoyo en el Gobierno, Compromís, liderado por Mónica Oltra, criticaba ayer que el FLA «convierte a los valencianos en ciudadanos de segunda».

Mientras tanto, desde el PP, Isabel Bonig incidía en que «Puig todavía no ha dicho de dónde piensa recortar los 1.500 millones de euros que Sánchez le exigía para la llegada del FLA», que es un préstamo estatal a las autonomías.

Oltra insistía en que su partido pedirá «la suspensión inmediata» del pago de los intereses del FLA. Y agregaba que este «es una vergüenza para los valencianos». Y que «estamos hartos de que nos cambien derechos por préstamos». Mientras, Puig defendía que si el Consell «acepta» el FLA es porque no tiene «otra opción», aunque lo que «necesita y quiere» la C. Valenciana es una financiación «justa». Además, valoraba que es «bueno pagar pronto» a los proveedores y a los beneficiarios de ayudas públicas. Puig recordaba que este préstamo servirá para «poder pagar más de 50.000 facturas, sobre todo de servicios fundamentales, además de subvenciones». Sobre las críticas dijo que «si hay candidatos que piensan que es mejor que no se pague a los proveedores ni a las personas que tienen ayudas públicas, es su opinión» y añadió que «es bastante lógico pagar lo antes posible».