El Centro Penitenciario de Picassent registró 778 incidentes graves o muy graves desde el 1 de julio hasta el 31 de diciembre de 2018. Así, el último informe de la Agrupación de los Cuerpos de la Administración de Instituciones Penitenciarias (Acaip) establece que el pasado año se cerró con 1.586 incidentes „un 5,43 % más respecto al ejercicio anterior„, entre los que prevalecen la resistencia pasiva y las amenazas graves y coacciones a trabajadores.

El resumen especifica que se produjeron nueve agresiones o intentos de agresión a funcionarios con lesiones de diversa gravedad en el segundo semestre del año pasado. Como consecuencia, algunos de los trabajadores causaron baja laboral. Entre las más comunes se encuentran puñetazos en la cara, patadas, mordiscos o arañazos. Una lista a la que se suman los 121 casos denunciados de amenazas, coacciones o insultos graves a trabajadores por parte de internos.

Respecto al tipo de resistencia presentada ante el cumplimiento de la normativa penitenciaria, en 228 ocasiones esta fue pasiva frente a los ocho casos en que fue activa y de forma violenta.

Déficit de funcionarios

Considerado uno de los centros penitenciarios más conflictivos a nivel estatal „actualmente alberga a 32 internos en régimen de primer grado„, los módulos designados para ellos presentan «deficiencias estructurales en materia de seguridad», denuncian desde Acaip. Una problemática que se agudiza en materia de personal. La agrupación penitenciaria expone que en los últimos cuatro años el personal del centro ha perdido más de un 20 % de su plantilla. «No se reponen las vacantes que se producen por fallecimiento o jubilación», esgrimen. De este modo, desde Acaip acusan una carencia de más de 100 trabajadores sobre el número mínimo que debería haber según la Relación de Puestos de Trabajo del Centro. «Ha quedado demostrado en numerosas ocasiones que cuando el número de funcionarios prestando servicio se reduce, se incrementa la confictividad. Es imposible el poder cumplir con los objetivos constitucionales de reinserción de los internos», aseguran.

Entre internos

El monográfico de Acaip expone que durante el último semestre de 2018 se registraron 104 agresiones entre internos y 54 denuncias por amenazas y coacciones entre estos. Del mismo modo, los funcionarios penitenciarios requisaron 163 objetos prohibidos por la normativa vigente como pinchos, teléfonos móviles o sustancias estupefacientes. A este respecto, el número de intoxicaciones graves por consumo de drogas ascendió a diez, una cifra que se repite en el caso de sustracciones de objetos personales denunciadas por los internos. Respecto al volumen de autolesiones, el resumen refleja que se produjeron 18 casos, siendo el corte en el antebrazo el método más utilizado. De casi la veintena de incidentes computados, uno corresponde a suicidios.