«Menos mal que salimos; el agua llegó al techo del apartamento». María José, Estela, Maite y Ramona, tres amigas de Castelló, han vivido dos pesadillas en Xàbia, el pueblo en el que decidieron pasar las vacaciones de Semana Santa y Pascua. Primero descubrieron que su apartamento, alquilado por 300 euros, era minúsculo y estaba en un sótano de la playa del Arenal. Y luego diluvió. El dueño les tocó a la puerta a las 11 de la noche del domingo y les dijo que tenían que salir porque aquello se inundaba. El agua, de hecho, subía y subía. Esperaron fuera, atrapadas en una terraza elevada de un restaurante, hasta que llegó Protección Civil, sobre las 3 de la madrugada, y las rescató y llevó al albergue montado por la Cruz Roja. Allí hicieron noche 89 desalojados. Pero en total, en Xàbia, se evacuó a más de 300 personas, la mayoría del camping el Naranjal, situado también en el núcleo turístico del Arenal, anegado con hasta dos metros de agua por una tromba que descargó en 12 horas 330 l/m2.

Los desalojados ya pudieron regresar a lo largo del día de ayer a sus casas y al camping. Las turistas de Castelló no pudieron, eso sí, volver a entrar en los apartamentos Monty's, repletos del agua hasta el techo. Las amigas relataron, de hecho, que otra chica que estaba en otro de estos habitáculos dormía a pierna suelta y, al despertar, le tocó salir a toda prisa y ya nadando.

Mientras, los conductores intentaban ayer recuperar sus coches. Los bomberos, los cuerpos de seguridad y los voluntarios rescataron a cientos de conductores y a familias con niños pequeños. Tuvieron incluso que atarse cuerdas a la cintura para que el torrente que eran las calles no los arrastrara. Los bomberos sacaron a un anciano a hombros en el Arenal.

Las playas de la Granadella y el Arenal, en Xàbia, están destrozadas. El director general de Emergencias, José María Angel, anunció que el Consell va a aprobar un decreto especial de ayudas. Las aguas mil de abril han dejado mil estropicios.