Sí, ya lo sé, señalar un área como la más lluviosa en el litoral mediterráneo corre el riesgo de que en épocas históricas, sin datos instrumentales, o en fechas futuras, por venir, quedé pronto desprovista de ese título a la vista del comportamiento anárquico, sin periodicidad estadística posible, de las precipitaciones en esta parte de España. Pero creo que se puede afirmar, sin temor a equivocarse, que la Marina Alta en Alicante es el territorio de nuestro país donde con mayor frecuencia llueve torrencialmente. Y ahí están las estadísticas para demostrarlo. Sí, ya sé que la Marina Alta comparte rasgos climáticos, pluviométricos, con la comarca de la Safor, en el sur de Valencia o con áreas de la Montaña del Alcoia-Comtat que suelen acumular grandes cifras en días de temporal de lluvias. Pero la disposición de la línea de costa en esta comarca alicantina, favorable de norte a sur a eventos atmosféricos con flujos del noreste, este e incluso sureste, la convierte en la que acumula lluvias en 24 h. de mayor cuantía en intervalos temporales menores. El último episodio, el pasado domingo de Pascua, es un ejemplo más. Más de 300 litros por metro cuadrado en la localidad de Jávea, en apenas dos, tres horas. El listado de eventos de más de 300-400 milímetros de precipitación en un sólo día, que realmente caen en pocas horas, con la frecuencia con la que aquí se registra, no se encuentra en ninguna otra parte de España. Cada década, al menos, hay algún evento de estas características. Lo cual permite extraer dos lecciones básicas: la delimitación de áreas inundables y de infraestructuras hidráulicas a partir de períodos de retorno no sirve, en general, en el litoral mediterráneo, y mucho menos en esta comarca alicantina. Y, en segundo lugar, se ha producido una ocupación urbana irracional de espacios inundables en esta comarca en las últimas tres cuatro décadas y cuando acontecen eventos de "gota fría", recuperan su condición original. En Jávea, sin ir más lejos, el sector urbano de El Arenal ocupa el área de una antigua albufera, un humedal en toda regla junto a la playa. Los ciudadanos se quejan, piden ayudas, subvenciones, pero se olvidan de lo importante: sus casas ocupan un espacio de riesgo que nunca debió urbanizarse. Ahora las culpas al maestro armero€