Pese a cabalgar sobre las encuestas que desde hace semanas le dan la victoria en las elecciones generales; pese a que a 48 horas de la votación la biblia económica, el Financial Times, le ungía como el hombre de moderación que es garantía de estabilidad para España, Pedro Sánchez echó anoche toda la carne en el asador en el cierre de campaña.

Se dirigió a los indecisos del bloque de izquierdas, a los que miran a Ciudadanos como una alternativa sugerente y a los que contemplan quedarse en casa pese a la amenaza de Vox. Era la última hora de campaña y no hubo sutileza en el mensaje: "Tenemos que decirle a los dubitativos, a los que piensan votar a otro partido porque puede echar una mano al PSOE, que no especulen, que los que quieren involucionar lo tienen decidido. Las tres siglas no atacan a otro que no sea el PSOE, porque saben que si nos votan a nostros venceremos a la suma de las tres derechas. No podemos jugar ni especular con el voto. A los que dudan entre nosotros o Compromis, Ciudadanos, o Podemos, este domingo nos tienen que votar", dijo anoche en València, convertida en epicentro de la campaña socialista al celebrarse también las autonómicas este domingo.

Seis mil personas se congregaron ayer en el Parque Central para asistir, por primera vez, a un cierre de campaña del PSOE en València. No faltaron representantes del empresariado, de los sindicatos e históricos del partido. Tampoco la euforia de una militancia entregada a Sánchez.

"Estamos muy cerca de tener una mayoría mas amplia", pidió, al tiempo que desgranó promesas como el derecho a la muerte digna, la salud bucodental o seguir impulsando la lucha contra violencia. "Para eso necesitamos todos los votos, porque esto va de avanzar o retroceder, de futuro o de volver al pasado", dijo.

Sánchez alertó contra la complacencia en las encuestas. Y agitó el miedo contra "la derecha y la ultraderecha". "Ganar no significa gobernar. Ese peligro existe y es real. Nadie daba un duro por Trump, Bolsonaro, por la ultraderecha en Finlandia. Lo importante no es como empieza un partido. Este tiene que acabar con un si rotundo al futuro y un no a los que quieren involucionar".

Sánchez pidió el voto útil en el bloque de izquierdas y también en el centro, donde los sondeos detectan una gran bolsa de indecisos en torno a Ciudadanos. "Rivera tiene un armario tan grande para todas las chaquetas de las que se ha cambiado estos cuatro años. Empezó en la socialdemocracia, luego centro, derecha, extrema derecha", ironizó.

El candidato socialista también quiso atajar otra posible fuga de votos, la crispación identitaria por Cataluña. "Fuimos leales a todos los españoles. Que lo tengan muy claro, me siento muy orgulloso de ser español", dijo sobre su actuación ante el desafío independentista.

Sánchez, que cargó contra la corrupción del PP, dejó escritas algunas promesas en clave autonómica en vísperas de las elecciones: "Somos el único partido que defiende el estado de las autonomías, el autogobierno, la financiación para la C. Valenciana. No vamos a tolerar que se replantee la recentralización. Ya sufrimos en una dictadura el estado unitario".

El jefe del Consell y candidato a la Generalitat, Ximo Puig, reclamó también el voto socialista como freno ante el bloque conservador. "La unica esperanza de las derechas abrazadas al radicalismo está concertada en la extrema derecha. Su unica esperanza es que quien lidera hoy las ideas mas reaccionarias sea quien les de el poder", alertó sobre Vox.

"Estas elecciones son fundamentales, hablamos de la democracia. Hay que dar una respuesta a este populismo que hace generar lo peor. Desde el rencor, la xenofobia, contra el otro, no se construye futuro", afirmó.

Frente a eso, Puig reivindicó la gestión pública de estos años y también la "recuperación de la dignidad de la C. Valenciana" frente a la reputación heredada: "La primera vez que fui a Bruselas me miraban raro", dijo. En un discurso emotivo, Puig ligó su proyecto político a "Blasco Ibáñez, que luchó contra el caciquismo"; a Max Aub, "que luchó por libertad defendiendo valores republicanos"; a Vicent Andrés Estellés, "que luchó por el autogobierno y la lengua de los valencianos".

Como Sánchez, pidió ser la fuerza más votada, adviertiendo contra la relajación por las encuestas. "Cuanta más intención de voto, más humildad", recetó. Y también puso deberes a Sánchez: "Pedro, nos tienes que ayudar y lo sabes y te has comprometido. Confío en que esta legislatura tendremos la financiación que nos merecemos. Confío absolutamente en ti".

Antes que Puig, el ministro y candidato por València al Congreso, José Luis Ábalos, cargó contra el PP por el flanco de la corrupción, casi inédito esta campaña. "Hace 4 años España empezó a cambiar el la C. Valenciana", dijo dirigiéndose al jefe del Consell, "abristeis el sendero". "Cerró un periodo de despilfarro e impunidad. El PPCV no está libre de nada, ni siuqiera ha mostrado arrepentimiento".

Ábalos apeló a la memoria del partido (citó a Lerma, Ciscar, Vicent Soler, allí presentes) para reivindicar este 28A como un dique contra Vox: "La cosa no va de programas. Va de defender la democracia, de defender nuestra propia vida. ¿Nos van a negar esto? Esta obra de conquista de derechos, 40 años de bienestar, por ellos tiene que ser, y por nosotros también. En una democracia se pueden perder elecciones, pero no en unas elecciones perder la democracia.Viene una ola populismo, que en Cataluña es independentista y en el resto de españa es ultraderechista".

El ministro, de hecho, recogió el guante que lanzó Santiago Abascal la víspera cuando censuró su visita al paredón de España, en Paterna. Ábalos se revolvió y puso en pie a los 6.000 asistentes, recordando a los fusilados: "Todo lo hicieron por España y por la libertad de España. Fue un orgullo estar ahí y lamento no haber ido este año. Con su sangre regaron esta semilla que nos toca a todos defender", clamó.

Ábalos reivindicó el trabajo de estos diez meses, en que han intentado "mejorar las condiciones de vida de la gente, poder vivir con dignidad". "Esperemos también poder morir con dignidad", dijo sobre el debate de la eutanasia. "Frente a la derechita cobarde, ésta es la izquierda valiente que viene a transformar de verdad", añadió.

Sandra Gómez, que abría el mitin, apeló también al miedo contra Vox: "Faltan dos días para frenar la amenaza más importante a la que nos enfrentamos como país desde hace 40 años. Y esa amenaza no son unas siglas. No son ni siquiera la derecha. Esa amenaza es la España machista, racista y homófoba. Es la España del odio". "Esa España excluyente en donde no caben las personas que queremos, donde no cabemos las personas libres, donde no caben las personas homosexuales, ni los migrantes, ni los progresistas, ni donde cabemos las mujeres", dijo insistiendo en el voto femenino.

Y también se dirigió a los desencantados del PSOE y a los votantes de izquierda para pedir el voto útil: "Porque cada voto en casa, cada no me representa es un voto a la derecha, cada voto del cabreo es un voto a la derecha, cada voto que no va al Partido Socialista es un voto que celebra la derecha".