Siglo y medio de dedicación desinteresada a la educación universal por parte de una iniciativa pionera de enseñanza libre, laica, apolítica y gratuita de la clase obrera como es Escuelas de Artesanos de València bien merece ser la mejor noticia entre las varias miles que publica a lo largo de todo un mes Levante-EMV, el periódico más leído en la Comunitat Valenciana.

Desde hace 30 años la cabecera valenciana de referencia del Grupo Editorial Prensa Ibérica (EPI) reconoce mes a mes a las personas y entidades que son noticia de primera plana por su aportación al progreso de la Comunitat, y no hay mayor avance social en el mundo que la educación. Por ello Levante-EMV ha decidido conceder el Premio Portada de marzo a las Escuelas de Artesanos, que en la noche del 13 al 14 de marzo de 1869 abrieron por primera vez sus aulas para instruir a la clase obrera de forma gratuita.

Hija de la revolución liberal La Gloriosa de 1868 que envió al exilio a Isabel II, Escuelas de Artesanos nació con la misión de dar instrucción laica y gratuita a la clase obrera en una España donde reinaba el analfabetismo. Sacar del oscurantismo y la ignorancia a aquellos que menos tienen, teniendo como lema «moralizar instruyendo», es el faro que ha guiado durante este siglo y medio a este centro escolar en el que se han formado más de 300.000 alumnos. Un milagro educativo que sigue más vivo que nunca en forma de una escuela concertada que atiende a más de un millar de niños y jóvenes en sus aulas de Educación Infantil, Primaria, ESO, Bachillerato y Formación Profesional.

Este sueño alumbrado por la burguesía liberal local valenciana de mitad del siglo XIX con el fin de enseñar artes y oficios e instruir a las clases obreras es un colegio en medio de la historia no solo por ser uno de los centros pioneros de la implantación de los estudios de FP en España, sino también porque en sus aulas ha estudiado medio callejero de València: el periodista Félix Azzati, los pintores José Segrelles, Cecilio Plá, Enrique García Carrilero, Amadeo Roca, el escultor Silvestre de Edeta... Pero, por encima de todos ellos, sobresale Joaquín Sorolla (1863-1923). Con tan sólo 13 años, el que iba a ser el pintor valenciano más universal, ingresó en sus clases nocturnas para aprender los fundamentos del dibujo.