Juan Carlos Izpisúa, (Hellín, 1960) ha sido nombrado esta mañana Doctor Honoris Causa de la Universitat de València de la mano de su rectora Mavi Mestre en el paraninfo de la centenaria institución, en su sede de La Nau. Mestre ha alabado la «destacada trayectoria internacional» de Izpisúa, uno de los investigadores más importantes actualmente a nivel mundial y que está abriendo nuevos caminos en la lucha contra enfermedades como el cáncer y otras dolencias degenerativas investigando en los mecanismos del rejuvenecimiento celular.

«Quiero destacar su rigor científico y también la trascendencia de su trabajo en lo que supone la mejora de la calidad de vida de las personas», ha dicho Mestre.

El nuevo doctor Honoris Causa que ha insistido en que «el envejecimiento se puede revertir», ha comenzado su discurso de aceptación haciendo extensivo el reconocimiento de su «alma mater» -«que siempre llevaré en el corazón»- a todas aquellas personas «sin las que no estaría hoy recibiendo este honor», desde «amigos, mentores, profesores de todo el mundo, estudiantes, colegas y científicos con los que he trabajado. A todos, muchas, muchas gracias por permitirme viajar lejos con vosotros y permitirme crecer y aprender juntos algunos de los secretos de la naturaleza».

«El secreto de viajar acompañados nos lleva más lejos que viajar solos», ha asegurado haciendo un agradecimiento especial a su mujer, Concepción Rodríguez, también licenciada en la UV, que ha sido «mi guía desde ese primer experimento en el departamento de Bioquímica hasta hace unos días que hicimos el último».

Izpisúa ha desgranado algunas de las bases de la investigación en epigenética que está realizando ahora en el instituto Salk de Estudios Biológicos de la Jolla, en California, para hacer posible la reversión del envejecimiento celular y ha terminado lanzando una petición a las autoridades para que «reflexionen profundamente sobre la importancia que la ciencia básica está teniendo y tendrá en nuestras vidas, y prioricen y apoyen la ciencia básica como uno de los mayores logros. Reivindico el conocimiento por el conocimiento», ha dicho.

Izpisúa entró a las aulas de la Facultad de Farmacia de la UV en 1980 donde se licenció con Premio Extraordinario en 1985. La encargada de glosar tanto esos primeros años de estudios en València como la trayectoria de Izpisúa ha sido la profesora Teresa Barber, quien codirigió su trabajo de licenciatura y que compartió el primer proyecto de investigación becado del ahora Honoris Causa.

«Fue ella quien me enseñó a usar una pipeta», ha recordado el bioquímico. En palabras de Barber, «los que conocemos a Juan Carlos sabemos que tiene todas las cualidades fundamentales de los grandes científicos: una sólida preparación básica, inteligencia e imaginación brillantes, y una gran pasión por conocer los mecanismos de funcionamiento de los seres vivos y de los procesos patológicos».

«Gracias por llevar el nombre de nuestra Facultad de Far- macia al ma?s alto nivel cienti?fico», ha añadido Barber.