«El Parc Natural es el corazón de València y hay que trabajar por su conservación, con un uso sostenible de los recursos». La afirmación, de Joan Ribó, la corroboraba y hacia suya en una intervención posterior Sergi Campillo, concejal de Devesa-l'Albufera. Campillo explicaba a los representantes de más de cuarenta países la historia del Parc Natural, la distribución de sus 21.000 hectáreas, el cultivo del arroz, la reducción de la laguna a través de los años y su supervivencia a pesar de las agresiones urbanísticas.

Capítulo aparte mereció el que hoy en día es el gran problema del enclave, la contaminación por el exceso de nutrientes como el fósforo. Situación que mantiene un nivel de eutrofización «inaceptable» según Campillo, pero que en los últimos años ha empezado a reducirse por primera vez desde 1996. « En 2016 y 2017 bajó el nivel de clorofila, aunque en 2018 subió otra vez», explicaba el edil de Compromís, calificándolo como un «signo de optimismo». «Con un poquito que lo ayudáramos lograríamos su regeneración y podríamos recuperar el esplendor del pasado», lanzaba.

Alcanzado ese punto, explicaba al auditorio del Centre Cultural la Petxina la recuperación de la vegetación subacuática. «Ha crecido tras cuarenta años sin hacerlo, por lo que los pescadores que ya vivían antes del colapso ambiental - en la década de los años setenta-, se han emocionado». «Han vuelto especies de plantas que creían que no volverían a ver», manifestaba, para acabar reclamando como «fundamental» una buena planificación hidrológica «porque la recuperación es una obligación inexcusable y un objetivo irrenunciable».