Tras el temporal de levante de la Semana Santa, hemos vuelto a lo que es habitual en el litoral mediterráneo: la estabilidad. Y además, en esta semana nos acompañará el viento de poniente, por lo que tendremos un adelanto del verano. ¿Cuándo volverá a llover? Es una buena pregunta. Nuestra zona se caracteriza por la alternancia de periodos prolongados de ausencia de lluvias con episodios de lluvias generales, y en algunos casos torrenciales. Estos episodios suelen durar 3 o 4 días a lo sumo, y con eso nos sobra para llegar a la media de la estación (o del año). Mi amigo Enrique Moltó ya lo ha comentado en más de una ocasión: las medias son engañosas en el Mediterráneo, especialmente en lo que respecta a las precipitaciones. En Galicia la precipitación media puede acercarse a la realidad por su regularidad pluviométrica; en cambio en nuestra zona la media suele ser más bien lo «raro», porque lo que es habitual es que llueva bastante por debajo o por encima de ese promedio, que al final y al cabo simplemente es un valor estadístico (y en el Mediterráneo estamos acostumbrados a romper las estadísticas, para bien o para mal).

El «mal tiempo» (que, por cierto, lo correcto sería llamarlo inestabilidad porque los conceptos de buen tiempo y mal tiempo son muy relativos), no es algo que sea extraño en el litoral este y Baleares, sino más bien es infrecuente. De hecho, como también comentaba hace unos días Jorge Olcina, en la fachada mediterránea es donde se produce el mayor número de episodios de lluvias torrenciales de nuestro país (ahí tenemos los registros de Oliva en 1987, de las Casas del Barón en 1982 o en Zurgena en 1973). ¿Y ahora qué? Pues a lo mejor ya no llueve hasta agosto o septiembre (esperemos que no). Y si lo hace, pues a lo mejor en otros 2 o 3 días volvemos a recoger más de 200 o 300 l/m2, y así en sólo dos episodios a la media anual: meteorológicamente estable en casi todo el año, climatológicamente (estadísticamente) lluvioso. Singularidades de nuestro clima.