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Una Torà vuelve a València siglos después

Un rollo sefardí con más de cien años de historia regresa a una comunidad judía valenciana gracias a un colectivo americano

Una Torà vuelve a València siglos después

Un rollo de La Torà es uno de los objetos más sagrados en el mundo hebreo. Pero el que ayer se donó a una comunidad judía de València tenía además algo especial: volvía a la ciudad donde había sido creado hace más de un siglo, tras un largo exilio que le había llevado de España al centro de Europa y, huyendo del nazismo, a Estados Unidos.

Representantes de la Unión Mundial del Judaísmo Progresista entregaron este preciado regalo a la comunidad valenciana Bnei Sefarad gracias a la donación realizada por un colectivo de Pensilvania (EE UU), Shir Ami. De este modo, no sólo ayudaron a este colectivo con cinco años de vida en València. También devolvieron el pergamino a su lugar de origen.

Como explicaba a Levante-EMV el presidente de Bnei Sefarad, Sergio Fraile, «los rollos de la Torà tienen un gran valor sagrado, pero éste también lo posee a nivel histórico y simbólico, así que estamos muy agradecidos, porque además hasta ahora no teníamos ninguno», decía admitiendo que ahora lo custodiarán con celo. «En realidad, La Torà siempre debe ser supervisada periódicamente por un rabino o rabina para garantizar que no se ha desgastado la tinta, que cumple la ley hebrea, es 'kosher' y, por tanto, apta para usarse en nuestras ceremonias», explicaba además de precisar que sólo puede ser redactada por escribas reconocidos tras un periodo formativo.

La donación se celebró a primera hora de la mañana en la sede de la comunidad judía Bnei Sefarad, la única reformista de las tres existentes en València. Se trataba de un acto «singular, único e histórico» que reunió a unas 90 personas, entre ellos, representantes de distintas comunidades judías americanas, dentro de una intensa jornada que aprovechó la escala en València de un crucero organizado por la Unión Mundial del Judaísmo Progresista para buscar las raíces musicales sefarditas. Tampoco faltó Alona Lisitsa, una ucraniana afincada en Israel que fue la primera mujer rabina escogida para un consejo municipal en la ciudad israelí de Mevatseret Sion, así como representantes judíos de Benidorm, Rota y Barcelona.

Tras la emotiva entrega, el grupo se desplazó a Sagunt para de descubrir los atractivos que le han permitido integrarse recientemente en la Red de Juderías de España, gracias a su legado cultural, histórico y arquitectónico. «Lo más sorprendente es que el pasado y la historia están vivos en Sagunt. Imaginarse cómo convivieron aquí perfectamente las diversas culturas hace siglos también ha sido impresionante. Es un modelo de convivencia vigente aún hoy», explicaba a este diario el rabino Daniel Freelander, presidente de la Unión Mundial del Judaísmo Progresista.

La jornada concluyó con un concierto de música sefardita ofrecido por la especialista Mara Aranda y su orquesta. «Todo un lujo», como reconocían emocionados algunos de los americanos que se habían embarcado en esta búsqueda de sus raíces.

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