Más de 300 niños de cuatro colegios valencianos han participado en la campaña internacional de Save the Children 'No a la guerra contra la infancia', desarrollada en cinco ciudades de España y 45 países del mundo; para reclamar que se detengan los conflictos armados y que estos no afecten a la infancia para que "no condicione su presente y no arruine su futuro".

En el marco de la celebración del centenario de la ONG, Save the Children ha organizado este jueves un acto en los Jardines del Río Turia, junto al Puente de Monteolivete. Los colegios CEIP 103, Nuestra Señora de Fátima, Santa Teresa de Jesús y Sagrado Corazón de Jesús-Carmelitas han estado presentes en el evento, en el que los niños han gritado "no a la guerra".

Durante su realización, los estudiantes han leído relatos de las vivencias de los niños y niñas que residen en zonas en conflicto alrededor del mundo. También han mostrado unos carteles en los que se podían ver diversos lemas como "protección", "educación en paz" o "integridad", entre otros.

Después han lanzado sus reivindicaciones para proteger a la infancia de las consecuencias de los enfrentamientos como "impedir el uso de niños-soldado en las guerras", "una educación de calidad, en especial para los menores refugiados y desplazados" o que "se garantice la llegada de ayuda humanitaria para los que viven en zonas de conflictos bélicos", además han exhibido pancartas para pedir "escuelas seguras".

El director de Save the Children de la Comunitat Valenciana, Rodrigo Hernández, ha pedido acabar con la guerra "contra los niños y las niñas". "En el mundo 420 millones de niños y niñas viven en países donde hay un conflicto armado. Es imprescindible adoptar las medidas para que el hecho de vivir en un país donde hay una guerra no les afecte, no condicione su presente y no les arruine su futuro. Por eso reclamamos que se acaben las guerras contra los niños porque cualquier guerra es una guerra contra la infancia", ha manifestado.

Los actos se han repetido en Barcelona, Bilbao, Sevilla o Madrid, en las que la ONG estima que han movilizado a 9.000 estudiantes de casi 300 colegios. Así se han sumado a una jornada en la que han participado otros países: Australia, El Salvador, Etiopía o Japón, entre otros.

Save the Children asegura que "nunca en los últimos 20 años ha habido tantos niños y niñas que viven en áreas afectadas por conflictos armados". Según la ONG, en 2017 el 20 % de los menores del mundo (420 millones) vivían en zonas en guerra, lo que representa 30 millones más que en 2016 y cada tres horas la cifra aumenta en 10.000 más.

Por otro lado, desde la ONG acusan a España de ser un "país cómplice" al seguir con la autorización de la venta de armas a Arabia Saudí "a pesar de correr riesgo de ser utilizadas para atacar a la infancia en Yemen". "La semana pasada zarpó de Santander un barco saudí, por lo que Save the Children teme que haya podido cargar material militar, después de no poder hacerlo en un puerto francés el 10 de mayo, porque dos ONGs lo impideron", han denunciado.

La campaña de Save the Children para detener la venta de armas de España ha recogido más de 54.000 firmas. Al mismo tiempo advierten que España ha pasado de ser el décimo exportador mundial de armas en 2011 al séptimo en 2018. En cifras, las exportaciones anuales representan 4.300 millones de euros, frente a los aproximadamente 1.000 millones de 2008.

La ONG ha publicado el informe 'Blast injuries. The impact of explosive weapons on children in conflict'; en el que se recogen las lesiones que sufren los menores por las armas explosivas que "son particularmente graves en comparación con los adultos", ya que suelen presentar síntomas de trastornos por "estrés postraumático, depresión, ansiedad o agorafobia".

Su análisis cuenta con datos de la ONU con los cinco países en conflicto "más letales" para la infancia: Nigeria, Afganistán, Irak, Siria y Yemen. En él detallan que se produjeron "7.364 casos de muerte o mutilación de niños y niñas en estos países, 5.322 vinculados con ondas expansivas".

Según el informe, el 84 % de las muertes de menores en Afganistán estuvieron relacionadas con armas explosivas, en comparación con el 56 % de los adultos y los niños heridos tienen aproximadamente el doble de posibilidades a causa de morteros o proyectiles.

En Nigeria, la mitad de todas las muertes y lesiones sufridas por niños y niñas durante 2017, se debieron a atentados suicidas o artefactos explosivos improvisados.

"El análisis muestra que los sistemas sanitarios cuentan con escasos recursos para tratar las características singulares e inusuales de las lesiones pediátricas producidas por una onda expansiva, como la falta de torniquetes o protocolos de transfusión para niños", afirman.