Una biblia, un crucifijo y un «por Dios y por España». Así juraron los diputados de Vox su acta en las Corts durante la sesión de constitución de la X Legislatura. Pronunciaron su juramento con la mano sobre la biblia y un crucifijo porque, según la síndica del grupo, Ana Vega, son sus «convicciones» frente a las de otros que «lamentablemente vuelven a segregar a los españoles».

«Para defender nuestros derechos y libertades» fue lo que pronunció el síndic de Compromís, Fran Ferri, que vestía una camiseta del movimiento Lgtbi contra las proclamas de Vox. Mientras, la diputada de Unidas Podemos-EU, Pilar Lima, la primera diputada sorda de las Corts, prometió el acta con ayuda de su intérprete «para lograr una sociedad inclusiva». El grupo podemista fue el que más variaciones introdujo, pues Estafanía Blanes lo hizo «por la igualdad y la libertad de los trabajadores» o «por la lucha feminista», a la que aludió Cristina Cabedo.

Mientras, Beatriu Gascó prometió su cargo en valenciano «para seguir trabajando por una Madre Tierra viva y en armonía» y Ferrán Martínez lo hizo «para defender el autogobierno del País Valencià y avanzar hacia una sociedad más libre y más justa». En su mayoría, los diputados confirmaron su acta con el juramento o la promesa, la fórmula más clásica que utilizaron en PSPV, PP, Cs y Compromís. En este último grupo, el diputado Josep Nadal lo hizo «por imperativo legal», la alternativa para jurar un cargo sin base a la Constitución que utilizó Carles Puigdemont y que muestra las discrepancias con la Carta Magna.

La «vuelta al cole» de los diputados dejó ayer en reguero de imágenes que no se repetirán hasta que haya otra cita emotiva en el hemiciclo. PSPV con PP, Compromís con Cs, Unidas Podemos con PP... los diputados se reencontraron en la X Legislatura y se introdujo a los nuevos a los miembros de la cámara.

Tras el discurso de Vicent Soler, que abrió la sesión, se abrazó con sus compañeros con los que ha compartido Consell durante cuatro años. Se fundió en un abrazo con Maria José Salvador, consellera de Vivienda sin un futuro claro dentro del nuevo gobierno. Será la vicepresidenta de la mesa como se decidió ayer. Fue una despedida para Manuel Alcaraz, conseller de Transparencia que abandona el cargo. Con ellos, Vicent Marzà, Ana Barceló y Gabriela Bravo, con muchas papeletas de continuar en el gobierno, y Elena Cebrián, pendiente de si contarán con en Agricultura.

Mientras, Ximo Puig se acercó a los escaños de la oposición. Saludó a Isabel Bonig, Elena Bastidas, José Císcar y Alfredo Castelló, con los que mantuvo una charla, como también hizo Rubén Martínez Dalmau con el líder de Vox, José María Llanos (con intermediación de Enric Morera) y con Toni Cantó, quien también se acercó a saludar a Puig y Oltra. También Dalmau se encontró varias veces con ellos. En uno de los viajes a votar a la mesa, Dalmau se detuvo a bromear con el presidente y la vicepresidenta en funciones. En un segundo plano se mantuvieron Antonio Estañ y César Jiménez, que no repiten escaño pero apoyaron al grupo parlamentario y se despidieron del resto de diputados.

También hubo cordones sanitarios con mensajes en camisetas: la diputada podemista, Cristina Cabedo, lució la palabra «feminist» y Ferri hizo lo propio con «Gaysper».