El exdirector del Instituto Valenciano de Finanzas (IVF) y comisionado de la Fundación V encuentro mundial de las familias (Fvemf) creada para organizar la visita del papa Benedicto XVI a València en 2006, Enrique Pérez Boada, aseguró ayer que la entidad era «de carácter privado. Nunca tuvimos ninguna duda».

Pérez Boada explicó a los periodistas tras su declaración que espondió a las cuestiones planteadas por su letrado y la jueza (pero no al Fiscal Anticorrupción, como el resto de investigados), con el fin de «aclarar las dudas que pudiera haber sobre un evento que tuvo una gran repercusión mundial para València y para la Comunitat Valenciana, que salió bien, hace 13 años ya casi. Esperemos que esté todo aclarado cuanto antes y que se pueda pasar ya página a este capítulo», confió.

Sobre la naturaleza de la fundación que sirvió para la organización de la visita de Benedicto XVI, Pérez Boada enfatizó: «Nunca tuvimos ninguna duda de que la fundación se había constituido como una fundación privada, que tenía carácter privado». Y añade que «como director del IVF y estando en el área económica de la Generalitat teníamos esa certeza, nunca la fundación apareció en los presupuestos, así como sí que aparecían otras fundaciones o empresas de carácter público. Nunca apareció aunque la hubiera constituido en parte la Generalitat».

En esta línea, insistió en que «nunca la sectorizó como pública la Intervención General del Estado hasta el año 2014, cuando la Generalitat, ocho años después del evento, asume la deuda de la fundación y la sectoriza de manera unilateral». Preguntado por las contrataciones de la Fvemf, investigadas en esta causa, ha sostenido que fueron legales: «El patronato, como órgano soberano, decidía qué necesidades había para celebrar aquel gran evento que acogió a más de un millón de personas», aunque el Vaticano tenía la última palabra en todo.