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Elecciones Comunitat Valenciana 2019

El espectáculo del temor

Confieso miedo. Entraron en el pasillo del hemiciclo con paso marcial, en fila, tras la arenga en la puerta del vehemente jefe Ortega Smith, y las conversaciones se apagaron a su alrededor...

Gil Lázaro y Ortega Smith, en el balcón de invitados de las Corts. f. b.

Confieso miedo. Entraron en el pasillo del hemiciclo con paso marcial, en fila, tras la arenga en la puerta del vehemente jefe Ortega Smith, y las conversaciones se apagaron a su alrededor. Algo había pasado. Vicent Soler pronunció, por razones de edad, el discurso de apertura de la legislatura, recordó a todos lo que ha costado llegar hasta estos días de libertad y humilde autogobierno, acabó y ellos no movieron un músculo. Ni la más mínima cortesía parlamentaria. Llegó la hora de tomar posesión de los escaños y el primero, azares del alfabeto, era uno de ellos. Se puso en pie y clamó con voz alta y clara con la mano sobre una biblia y un crucifijo: «Juro por Dios y por España». Yo prometo por Gaysper que esto no eran unas cortes franquistas, pero un viento frío pareció recorrer la estancia.

Luego compareció ante los micrófonos la joven y debutante portavoz, Ana Vega, con dos pulseras con la bandera española y la rojigualda también en la solapa. No se dispersó: no creen en las autonomías, porque generan desigualdades entre españoles y ellos han venido a trabajar por los españoles. No creen en el feminismo, porque separa a hombres y mujeres. Y el discurso de Vicent Soler no les había gustado porque miraba al pasado y ellos tienen la vista en el futuro. Algo así deben ser los hechos alternativos.

No estaría bien dramatizar el primer día. Quizá sea solo el espectáculo del temor, un certero ejercicio escénico sin fundamento, pero confieso miedo. Por primera vez tienen espacio, voz y voto en las Corts quienes no creen en las Corts y no creen que los valencianos merezcan decir ni decidir algo propio sobre su futuro, diferente a lo que digan y decidan manchegos, catalanes o murcianos. Como si la Historia solo fuera fólclore. Como si los derechos de los que no han tenido voz y de las minorías no importaran. Todo empieza y acaba en la bandera de España. Miran al futuro, pero uno sintió ayer el aliento del pasado más cerca que nunca.

¿Cómo se llama a quién cuestiona derechos políticos y civiles que tanto han costado? Si quedaban dudas, ayer se disiparon: la extrema derecha ha llegado.

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